AMSTERDAM.- Un Tribunal de Apelación de Amsterdam declaró hoy culpable al médico Philip Sutorius por ayudar a morir en 1998 al ex senador Edward Brongersma, aunque le eximió de cumplir una pena.
El ex parlamentario tenía 86 años cuando en 1998 su médico, Philip Sutorius, decidió acceder a su deseo de que se le practicase una eutanasia, dándole una bebida mortal.
El Tribunal de Amsterdam consideró hoy, tal y como estipularon los fiscales durante el proceso, celebrado el año pasado, que en el caso del anciano Brongersma, no había constancia objetiva de que su padecimiento psíquico fuese "insoportable" y que el médico habría podido recurrir a otros medios distintos de la eutanasia para paliar el sufrimiento de su paciente.
Sin embargo, la Corte no ha impuesto condena alguna al médico Philip Sutorius porque considera que éste "se implicó con su paciente, tuvo consideración con él y nunca lo dejó de atender".
En octubre del año pasado un juzgado de la localidad de Haarlem absolvió a Sutorius al considerar que "solamente la persona que padece un dolor" puede decidir si ése resulta "insoportable".
Según la primera sentencia en el llamado "caso Brongersma", el ex senador, que fue denunciado por pedofilia, se "encontraba cansado y carente de perspectiva", por lo que ese "cansancio de la vida" no podía ser tratado médicamente.
El Ministerio de Justicia holandés decidió recurrir la vista del juzgado de Haarlem por considerar que sobrepasaba los limites establecidos por la ley.
Holanda, que aprobó la ley de la eutanasia, sentando un precedente mundial, en noviembre del año pasado, contempla la aplicación de la eutanasia cuando el paciente que la solicita voluntariamente sufre un dolor insoportable, sin esperanzas de mejora, y cuando la medicina no puede tratar de forma efectiva la enfermedad del paciente.
Aunque la ley establece que ese dolor puede ser tanto físico como psíquico, los fiscales en el caso Brongersma establecieron durante el juicio al médico Philip Sutorius que el dolor que padecía el ex senador no podía ser constatado objetivamente.
Los argumentos de los fiscales giraban por lo tanto en la pregunta de si la eutanasia puede ser aplicada en casos en los que una persona de avanzada edad siente un vacío existencial o no encuentra sentido a su vida.
Según el Ministerio de Justicia el problema estriba en la jurisprudencia que puede ser establecida en temas como el de la eutanasia, residiendo la cuestión principal en si un deseo fuerte de morirse, como ocurre en las depresiones, es causa suficiente como para aplicar la llamada "muerte dulce".
