KABUL.- Fuerzas estadounidenses, con el apoyo de los "muyahidines" afganos, continúan hoy el asedio sobre el complejo de grutas de Tora Bora, presunto escondite de Osama Bin Laden y donde aún resisten los últimos guerrilleros de Al Qaeda.
Las cuevas de Tora Bora, en las escarpadas montañas del este afgano, soportan los continuos ataques de los temibles "B-52" estadounidenses, cuyos bombardeos son apoyados desde tierra por las fuerzas antitalibanes.
Algunos de estos "muyahidines" ya han conseguido entrar en áreas del complejo subterráneo, cuyo diseño y construcción se atribuye a Bin Laden y a la organización terrorista que lidera.
Sin embargo, la rendición de Tora Bora, en las Montañas Blancas afganas, aún no parece cercana, después de que hayan aumentado los rumores en la zona sobre el posible inicio de una nueva ofensiva talibán contra los "muyahidines".
Además, ni los "B-52" ni los tanques y armamento pesado usados por estos guerrilleros antitalibanes han conseguido, hasta ahora, el objetivo principal de esta guerra: la captura de Bin Laden, a quien EE.UU. atribuye la planificación del los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
Diversos líderes tribales pashtúnes en la zona, que dirigen la ofensiva contra los talibanes, han asegurado que Bin Laden fue visto en Tora Bora hace unos cuatro días, aunque desconocen su paradero actual.
Los propios servicios de inteligencia estadounidenses indicaron que Bin Laden podría aún permanecer escondido en algún lugar de las Montañas Blancas, escoltado por varios cientos de talibanes fieles a su causa.
Otras fuentes afganas señalaron, sin embargo, que el líder de Al Qaeda podría haber huido en los últimos días hasta las montañas cercanas a la ciudad de Kandahar, el que fuera baluarte de los talibanes y lugar de residencia de su líder religioso, el mullá Mohamed Omar.
Mientras, cientos de soldados paquistaníes, apoyados por fuerzas paramilitares, fueron desplegados hoy a lo largo de la frontera afgano-paquistaní, en las zonas más cercanas a Tora Bora, para evitar una huida al país vecino de los activistas de Al Qaeda y del propio Bin Laden.
El segundo de los fugitivos más buscados por las tropas estadounidenses y los líderes pastúnes que controlan actualmente el país, el mulá Mohamed Omar, fue visto por última vez en Kandahar antes de la rendición de la ciudad el pasado viernes.
Fuentes de la inteligencia estadounidense indicaron que el líder religioso talibán podría haber huido hacia el sur del país para intentar cruzar la frontera.
Por otra parte, en la ciudad de Kandahar, líderes de diferentes tribus pashtúnes han superado sus diferencias sobre la administración de esta región y han autorizado al antiguo gobernador Gul Agha para asumir de nuevo el poder local.
Esta medida, que pone fin por el momento a las divergencias que estas facciones han mantenido en los últimos días, ayudará a completar el desarme de los talibanes en Kandahar, pactado entre los integristas y representantes del gobierno interino afgano la pasada semana.
Se prepara gobierno mutiétnico
Mientras, el Primer Ministro interino afgano, Hamid Karzai, elegido para dirigir un gobierno multiétnico en la reciente cumbre de Bonn, última los detalles para asumir el poder con el respaldo de Washington y de las Naciones Unidas, quien enviará una misión al país.
Este contingente, cuyo despliegue aún no ha sido concretado, tendrá como objetivos principales garantizar la seguridad y supervisar la normalización política de este castigado y dividido país de Asia Central.
No obstante, la labor de esta misión ya está siendo contestada desde algunas facciones de la Alianza del Norte, incluso antes de su despliegue, dado que algunos líderes pastúnes han mostrado su rechazo a que fuerzas de este contingente patrullen las calles de Kabul.
En opinión de estos dirigentes, la seguridad en la capital afgana puede ser garantizada por el gobierno interino de Afganistán, por lo que no será necesario el despliegue de tropas internacionales, aseguró hoy un portavoz del nuevo Ejecutivo.