BOGOTA.- Al menos veinte personas murieron en los últimos días en Colombia producto un plagio masivo efectuado por guerrilleros y de los enfrentamientos registrados en distintas partes del país.
Rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) habrían asesinado la madrugada de este lunes a cuatro personas de un grupo de 20 que secuestraron en un área turística del municipio El Jardín, departamento de Antioquía, a 380 kilómetros al noroeste de Bogotá.
Los cuerpos aparecieron en una zona cercana al sitio del plagio.
Aunque no se ha podido establecer con claridad cuántas personas fueron secuestradas, el comandante de los grupos antisecuestros del Ejército, Carlos Arévalo, aseguró a la AP que 12 personas han sido liberadas por los guerrilleros y seis permanecen secuestradas.
A esto se suma otra víctima asesinada por las FARC cuando se negó a prestar su vehículo para el traslado de los rehenes, lo que daría un total de 23 personas involucradas en la acción perpetrada por los rebeldes.
En el departamento del Meta, seis rebeldes de las FARC murieron y cuatro fueron capturados tras combates que se registraron el domingo en una área rural del municipio de Acacias, 80 kilómetros al sur de Bogotá.
Los enfrentamientos se iniciaron cuando las tropas oficiales interceptaron a un grupo de guerrilleros que habían atacado el peaje de Acacias, informó el Ejército.
En la misma zona, tres miembros de las FARC murieron el sábado en un intento frustrado de toma del poblado de San Juan de Arama, a 150 kilómetros al sur de la capital.
También falleció el capitán de un comando contraguerrilla que ayudó a repeler el ataque en este municipio al borde de la zona desmilitarizada bajo control de las FARC.
En el departamento de Norte de Santander, dos miembros del insurgente Ejército de Liberación Nacional perdieron la vida el domingo al enfrentarse con tropas del Ejército en el municipio El Tarra, a unos 350 kilómetros al noreste de Bogotá.
Además se conoció del asesinato de cinco campesinos que fueron ejecutados el domingo en el municipio de Aguachica, a 400 kilómetros al norte de la capital, por un grupo de hombres armados que vestían ropas camufladas.
Las víctimas pertenecían a una Iglesia evangélica en esta zona del departamento del Cesar.