BUENOS AIRES.- El ex presidente argentino Carlos Menem (1989-1999), quien recuperó su libertad el pasado 20 de noviembre tras 167 días de arresto domiciliario por el caso de tráfico de armas, advirtió el martes que "el próximo preso" puede ser el mandatario en ejercicio, Fernando de la Rúa.
En una columna con su firma publicada en el diario "Ambito Financiero", Menem anticipó que "sé que le pagará muy mal al presidente De la Rúa por sus servicios en la causa que me llevó a la cárcel: el próximo preso puede ser él".
El ex mandatario se quejó de que "la gente acusa a los gobiernos de todos sus males, incluso de sus frustraciones íntimas. Si el gobierno sabe usar ese delirio inhóspito, tener un buen preso a mano es muy práctico: se lo puede acusar de casi todo y ganar tiempo circense".
De la Rúa está gobernando al país en medio de una de las peores crisis financieras de la historia, con el erario público al borde del cese de pagos y la economía atravesando su cuarto año de recesión.
Al presentar el lunes su libro "El camino de la victoria", Menem había embestido duramente contra el gobierno de De la Rúa, al que definió como "lento para conducir, pero tiene una enorme velocidad para destruir".
El ex titular de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual, del mismo partido que el presidente, la Unión Cívica Radical (UCR), calificó este martes a Menem de "el ex presidente más cobarde de la historia".
Con ironía, Pascual comentó en un comunicado de prensa que "para encontrar un menemista hay que ir a buscarlo a la cárcel y a los tribunales".
Para Pascual, Menem "no tuvo el coraje para defender lo nuestro y rifó todo el patrimonio nacional, dejando una deuda pública de 132 mil millones de dólares, 11 mil millones de déficit fiscal y una desocupación del 20%".
El ex jefe de Estado y del Consejo Nacional del Partido Justicialista (PJ, peronista, principal oposición), estuvo detenido en una residencia, acusado de supuesto jefe de una asociación ilícita para desviar material bélico a Croacia y Ecuador entre 1991 y 1995, pero la Corte Suprema desestimó la imputación y ordenó liberarlo.
