BUENOS AIRES.— Las tres centrales sindicales más importantes de Argentina se unieron para realizar hoy jueves una huelga nacional de 48 horas contra la política económica impulsada por el presidente Fernando de la Rúa y sus últimas medidas.
Se trata del octavo paro nacional que enfrenta De la Rúa desde que asumió el gobierno, hace 24 meses.
La medida de fuerza se realiza en momentos en que las autoridades nacionales convocaron al diálogo a todos los sectores políticos, sociales, económicos, gremiales y de la Iglesia para enfrentar una de las más difíciles situaciones económicas de la última década.
Pero los sindicalistas hasta ahora se han negado a aceptar la convocatoria de concertación y anunciaron otra huelga nacional de 48 horas para la próxima semana.
La medida de fuerza fue convocada por las dos fracciones de la peronista Confederación General del Trabajo (CGT). Luego se adhirió la izquierdista Central de los Trabajadores Argentinos (CTA).
"Que no se equivoquen las aves de rapiña que creen que van a concertar en nombre del pueblo", expresó Hugo Moyano, titular del sindicalismo disidente, refiriéndose al llamado al diálogo efectuado a todos los sectores por de la Rúa.
"La única concertación que vamos a apoyar es la concertación con el pueblo", expresó en una protesta realizada el miércoles como antesala de la huelga del jueves.
"Si no le dan solución al pueblo, va a ocurrir lo que decía Eva Perón: no habrá paz sobre la tierra mientras no exista justicia social", advirtió.
El gobierno calificó de "puramente política" a la medida de fuerza y dijo que garantizará la seguridad en la calle de aquellos que vayan a trabajar.
El miércoles, miles de personas de todo el país manifestaron por las calles para protestar contra las recientes medidas dispuestas por De la Rúa, que restringen las extracciones de dinero efectivo depositado en cuentas bancarias y las transferencias al exterior.
En el país, todos los empleados reciben sus sueldos a través de depósitos bancarios.
Las nuevas medidas buscaron parar lo que parecía una desenfrenada fuga de depósitos y capitales ante el temor a una devaluación de la moneda y una cesación de pagos de la abultada deuda de 132.000 millones de dólares.
En las últimas horas se registraron ataques contra taxis y cajeros automáticos en Buenos Aires.
La economía argentina no consigue salir de una recesión que entró en su cuarto año y tiene severos efectos sobre la situación social. Más de un tercio de los 36 millones de argentinos vive en situación de pobreza y unos 4,5 millones enfrenta problemas de trabajo.