CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano hizo hoy un nuevo y fuerte llamado en favor de la paz en Oriente Medio, que, dijo, sólo se conseguirá cuando Palestina sea un estado independiente, se garantice la seguridad de Israel y los israelíes se retiren de los territorios ocupados.
"La paz entre los dos pueblos sólo se logrará si se respetan estas cuestiones fundamentales: la seguridad del estado de Israel, el nacimiento de un Estado para el pueblo palestino, la evacuación de los territorios ocupados, un estatuto especial internacionalmente garantizado para Jerusalén y una solución justa para los refugiados palestinos", afirmó en un comunicado el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls.
El Vaticano, según la nota sobre la reunión que el Papa mantuvo hoy aquí con los obispos de Tierra Santa, anima a israelíes y palestinos "a movilizar sus energías" en la búsqueda de nuevas y pacíficas vías para resolver un conflicto "que ya dura demasiado tiempo" (medio siglo).
La Santa Sede señaló que es necesario que se respete el derecho internacional y se favorezca el regreso de las partes en conflicto a la mesa de negociaciones.
Asimismo, se mostró a favor de la implicación de la comunidad internacional "para ayudar a unos y otros a renunciar al odio y al espíritu de venganza".
"La paz entre los dos pueblos sólo se logrará si se respetan las resoluciones de las Naciones Unidas", agrega el comunicado.
El Papa, los cardenales, patriarcas y obispos también hicieron un "vibrante llamamiento" a los jefes religiosos del judaísmo y del Islam para que colaboren con los responsables israelíes y palestinos en sus esfuerzos en favor de la justicia y de la paz y contra la violencia.
Durante la reunión se analizó la presencia de los cristianos en la zona, cada vez menor a causa de las duras condiciones en que tienen que vivir y el empuje de las otras confesiones.
La Santa Sede reiteró su compromiso de mantener su presencia milenaria en la región y contribuir a la justicia y reconciliación entre quienes tienen las raíces de su fe en los Santos Lugares.
En la reunión, que se prolongó durante todo el día, el Papa y los obispos expresaron la "preocupación" de toda la comunidad cristiana por la autorización concedida por el Gobierno israelí a la construcción de una mezquita a escasos metros de la basílica de la Anunciación, en Nazaret.
Para el Vaticano, la edificación de la mezquita en ese lugar es una "provocación" y una "grave falta de respeto" a los sentimientos de los cristianos y a un lugar de plegaria de gran significado para los cristianos.
El Papa y los obispos expresaron su solidaridad con los cristianos de Tierra Santa, sobre todo en esta época de Navidad, e insistieron en la necesidad de que se acabe con las hostilidades, se vuelva a la mesa de negociación y todos se comprometan en devolver a Tierra Santa su verdadero rostro, que es -dijeron- un cruce de caminos de paz y fraternidad.
A la cita con el Papa asistieron hoy, entre otros, Michel Sabbah, patriarca de Jerusalén de los Latinos; Ignace Pierre VIII, patriarca Sirio Católico; Paul Nabil Sayah, arzobispo maroní de Haifa y Tierra Santa, y Giovanni Battistelli, custodio de Tierra Santa.
También acudieron los cardenales Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano; Francis Arinze, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso; Ignace Moussa I Doud, patriarca prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, y Francois Xavier Nguyen Van Thuan, presidente del consejo pontificio Justicia y Paz.
Asimismo acudió el arzobispo Jean Louis Tauran, secretario para las relaciones con los estados; Jorge Enrique Jiménez Carvajal, obispo de Zipaquirá y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), y los nuncios en Israel, Irak y Jordania.
Juan Pablo II abrió la reunión con un discurso en el que calificó de "dramático" el actual momento que se vive en Oriente Próximo y lo atribuyó a la existencia de "dos extremismos diferentes que, independientemente de las razones que los alimentan, están desfigurando el aspecto de Tierra Santa".
El cardenal Sodano, que cifró en sólo 117.000 el número de católicos que viven en Israel y en los Territorios Palestinos, dijo que es preciso ayudar a los católicos en su diálogo con el mundo hebreo e islámico, además de facilitarles el acceso a una casa, un empleo o una escuela adecuada para sus hijos.