CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II encabezó el viernes a los católicos romanos en un día de ayuno por la paz mundial en solidaridad con los musulmanes tras los atentados en Estados Unidos y por la espiral de violencia que sacude el Oriente Medio.
El Papa, convencido de que la oración puede mover mentes y montañas, pidió a los católicos que se inhibieran de al menos una comida, mientras lo permita la salud, y cedan el dinero que habrían gastado en esos alimentos a la caridad.
El gesto sin precedentes fue organizado para coincidir con el fin del mes musulmán del ayuno del Ramadán, promover un mayor entendimiento entre musulmanes y católicos, y enfatizar en que ningún católico debe automáticamente vincular al Islam con el terrorismo.
El Vaticano pidió a los católicos abstenerse de todo alimento desde el amanecer hasta el anochecer, como lo hacen los devotos musulmanes, tomando sólo pan y agua, o comer el mínimo posible que les permita la salud.
"Este día especial de ayuno y oración, un viernes al final del Ramadán, da a los católicos la oportunidad de demostrar su solidaridad con los musulmanes", dijo el arzobispo Michael Fitzgerald, secretario del Consejo del Vaticano para el Diálogo Inter-Religioso.
"Al hacer eso, los católicos, en las palabras del Papa, pueden demostrar su respeto por el Islam, por el auténtico Islam, el Islam que ora, el Islam que se preocupa por los desamparados", dijo.
El Papa estuvo profundamente estremecido por los acontecimientos del 11 de septiembre en Estados Unidos. Ha dicho que la comunidad internacional tiene derecho a defenderse de los ataques del terrorismo y que los terroristas que dicen que actúan en el nombre de Dios profanan la religión.
En muchas iglesias de toda Italia se colocaron recipientes para las donaciones y el Vaticano abrió una cuenta especial en un banco italiano para recibir dinero que será distribuido por el Papa entre los más necesitados, entre ellos las víctimas de la guerra y del terrorismo.
La apelación del Papa para ayunar fue acatada por algunos no católicos, pero produjo una indigestión religiosa en miembros del anti-inmigrante Partido de la Liga del Norte, que criticaron la iniciativa.
Tres parlamentarios de la Liga dijeron en una declaración que se negaban a ayunar al mismo tiempo que lo hacían "ateos y miembros de otras religiones que no creen en la Santísima Trinidad".
Los tres legisladores criticaron también a Fausto Bertinotti, un marxista que encabeza el partido de extrema izquierda italiana, Refundación Comunista, por participar en la iniciativa papal aunque el dirigente y muchos de los miembros del partido son ateos.
"Nosotros, que no somos creyentes, nos sumamos a esta iniciativa por la paz, este encuentro de hombres y mujeres de diferentes fe, comprometidos con la paz y con la posibilidad de un mundo diferente", dijo Bertinotti.