PISA, Italia.- La torre de Pisa reabrió este sábado sus puertas al público tras una década de obras de ingeniería destinadas a reducir su famosa inclinación que llegaba a los 44 centrímetros de su posición original.
Uno de los primeros visitantes del monumento arquitectónico fue el milanés Alfredo Bianchi, que subió la escalera de caracol hasta el octavo piso para ver desde allí el impresionante paisaje de la ciudad toscana, con sus rojos tejados, su catedral y al fondo las colinas que la rodean.
"No se puede explicar lo que se siente, es preciso que uno lo vea con sus propios ojos", declaró Bianchi.
El visitante milanés fue escogido al azar con otros nueve interesados para que fuesen los primeros en subir a la torre. Los escogidos no tuvieron tampoco que pagar los 15 euros (13,30 dólares) que los visitantes deberán pagar de ahora en adelante.
"Es mi primera visita aquí, y es simplemente maravilloso", dijo Montserrat Vinardell, una turista de Barcelona, España, que sacaba fotos a granel con su compatriota María del Carmen Navarro.
La construcción de la torre de 58 metros de altura comenzó en el año 1173 para celebrar la gloria de Pisa, que por aquella época era una rica república dedicada al comercio marítimo.
El suelo que sustentaba sus cimientos comenzó a hundirse ya antes de que la edificación llegase al tercer piso, pero los constructores siguieron adelante con las obras hasta completarlas en el 1360.
Cuando la torre se cerró en 1990 para obras de renovación, los funcionarios dijeron que se reabriría en un par de años. El ambicioso plan para reducir la inclinación del monumento tardó más de lo que se había anticipado, pero finalmente logró su objetivo.
Las obras redujeron en 44 centímetros la inclinación que tenía la torre en 1990, y la dejaron en 4,1 metros respecto a la vertical.