WASHINGTON.- Estados Unidos tiene en su poder a veinte prisioneros, incluido el embarazoso John Walker, cantidad que debe aumentar, pero los responsables estadounidenses piensan que los detenidos no entregarán fácilmente secretos sobre los dirigentes de Al Qaida prófugos ni sobre los proyectos terroristas de la organización.
El Pentágono informó este martes que 15 prisioneros capturados por las fuerzas antitalibanes en el norte de Afganistán ya pasaron a manos de las fuerzas estadounidenses y fueron transferidos hacia Kandahar (sur).
El Departamento de Defensa no precisó la nacionalidad de los 15 prisioneros ni si se trataba de talibanes miembros de la red Al Qaida de Osama bin Laden, el extremista islámico a quien Estados Unidos acusa por los atentados del 11 de setiembre contra su territorio.
Wolfowitz declaró que no está en medida de confirmar si adversarios de alto rango figuran entre los capturados. "Tratamos de establecerlo. Sin embargo, si uested es un alto responsable, me imagino que hará todo lo posible para ocultarlo y parecer una víctima inocente".
Hacer hablar a los prisioneros es capital para la propia seguridad de Estados Unidos, pero difícil, señaló Wolfowitz. "Esta gente es mentirosa consumada", añadió.
"La principal prioridad es obtener informaciones, esenciales para llegar a la captura de otros terroristas y en particular de terroristas que, en Estados Unidos o en el extranjero, preparan operaciones", subrayó.
El FBI tiene a ocho agentes desde el lunes en el lugar para interrogar a los prisioneros, en especial a los presuntos miembros de Al Qaida, en un centro de detención bajo alta vigilancia, en el aeropuerto de Kandahar.
El capitán Thomas Schmidt, responsable del centro, declaró que los militares estadounidenses sacaron lecciones del motín de Qalae Jangi.
El centro de detención de Kandahar "es probablemente el lugar más seguro de Afganistán", afirmó el militar.
Washington aún no tomó una decisión sobre el talibán estadounidense, John Walker Lindh, de 20 años, capturado el mes pasado en el norte y que está cooperando con los investigadores.
"Analizamos aún lo que haremos con él. No lo hemos decidido", dijo Wolfowitz. "No es un prisionero de guerra" pero "es tratado según las protecciones (de las convenciones) de Ginebra para prisioneros de guerra".
Todos los detenidos presentan un rompecabezas jurídico: "en algún momento habrá que considerar el castigo judicial, luego a qué jurisdicción corresponde. Pero estamos lejos. Es un asunto complicado", subrayó el número dos del Pentágono.
Según Richard McGraw, portavoz del Pentágono, las fuerzas afganas antitalibanes "tomaron miles de prisioneros despersos por el país. Estados Unidos quiere interrogar primero a los detenidos que hablan inglés y pide que los prisioneros que les interesan, les sean entregados".