BUENOS AIRES.- El Presidente argentino, Fernando de la Rúa, aceptó hoy la renuncia del ministro de Economía, Domingo Cavallo, y, de nuevo, se ve obligado a buscar un sustituto para ocupar la cartera más importante de su Gobierno.
Un comunicado oficial dado a conocer esta madrugada confirmó que De la Rúa había aceptado la renuncia que le presentó Cavallo anoche, en una de las múltiples reuniones que mantuvieron ambos.
Cavallo había aceptado ocupar esa cartera a fines de marzo pasado, cuando se pensaba que era la única figura que podía sacar al país de la crisis económica.
Le precedió en el cargo Ricardo López Murphy, que llegó a la cartera de Economía tras la dimisión de José Luis Machinea, quien dejó el puesto al comprobar que los datos macroeconómicos del primer trimestre de este año no remontaban, a pesar de que Argentina había conseguido una asistencia financiera de 40.000 millones de dólares.
Esta es la segunda vez que Cavallo deja la cartera de Economía.
También lo hizo en 1996, cuando salió del Gobierno de Carlos Menem, con quien tenía una fuerte rivalidad y del que se despidió dando un portazo al denunciar las "mafias" que estaban enquistadas en el poder.
Hombre tenaz y gran trabajador, Cavallo, de 56 años, doctorado en Economía por la Universidad de Harvard y célebre, entre otras cosas, porque decía que no le gustaba "hablar de números", deja el Gobierno en el mayor momento de debilidad en la gestión de Fernando de la Rúa.
Fuentes próximas al ahora ex ministro de Economía dijeron anoche que Cavallo había presentado su renuncia porque "si él era el elemento central" para que no se buscara una salida a la crisis que vive el país, "se iba".
El comunicado oficial que dio cuenta de que el gobernante había aceptado la renuncia del ministro de Economía informó además de que el resto de los ministros pusieron sus cargos a disposición del presidente para que pueda hacer los reajustes oportunos.
Las gestiones presidenciales incluyen reuniones con gobernadores de las provincias y líderes de los bloques parlamentarios, que han sido convocados por De la Rúa para analizar la situación.
Cavallo sale del Gobierno cuando todavía resuenan los ecos en las calles de Buenos Aires de las protestas que se desarrollaron desde anoche, al entrar en vigor un estado de sitio de treinta días que declaró el presidente para evitar un estallido social.
En las últimas jornadas se sucedieron los saqueos a supermercados y pequeños comercios en varias ciudades del país, y esta madrugada se produjeron serios disturbios frente a las sedes del Gobierno y del Parlamento.
Cartera de Economía vacante
La cartera de Economía queda vacante en un momento muy difícil para el país, con decisiones a corto plazo que hay que adoptar.
Está pendiente la aprobación en el Parlamento del presupuesto general para el año próximo y la negociación con los legisladores para que acepten un recorte del 18,8 por ciento en el gasto público.
Además, en las próximas semanas Argentina comenzará la segunda fase de una operación de canje de la deuda pública, que busca convencer a los acreedores externos para que bajen las tasas de interés y extiendan los plazos de los vencimientos de los bonos.
Unido a todo ello, está pendiente el desembolso de 1.264 millones de dólares que debía hacer en estas fechas el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero que quedó congelado hasta que se cumplan algunas condiciones, entre ellas la aprobación del presupuesto.
Cavallo, que acostumbró a los periodistas a conferencias de prensa en horarios nocturnos y en días festivos, se presentó ante los medios de comunicación por última vez el pasado lunes por la noche, y desde entonces ha evitado cualquier contacto con los informadores.
Aunque llegó al ministerio de Economía con la intención de aplicar un programa que prometía la bajada de impuestos e incentivos a la producción, progresivamente ha tenido que ir corrigiendo las medidas orientadas en ese sentido porque las cuentas no cuadraban.
La decisión que más críticas originó en los nueve meses que estuvo en el Gobierno fue la que adoptó a fines de noviembre, cuando limitó las extracciones de dinero en efectivo a 1.000 pesos (1.000 dólares) mensuales.
Si hasta entonces el enojo era protagonizado por los sindicatos, la oposición peronista y algunos sectores de la coalición gobernante, a partir de esas medidas Cavallo se ganó como enemiga a casi toda la clase media argentina.