BUENOS AIRES.- Cuando ya han pasado más de 24 horas desde que el Presidente Fernando de la Rúa se viera obligado a renunciar a raíz de una fuerte presión social desatada por la grave crisis por la que atraviesa el país, la normalidad da señales de vida en Argentina luego de que las autoridades legislativas llegaron a acuerdo y escogieran a quien desde mañana y por 60 días tendrá la misión de gobernar al país: Adolfo Rodríguez Saá.
Junto con ello la noticia que entregó quien hasta mañana será el Presidente interino, Ramón Puerta, respecto de que las elecciones de Presidente y vicepresidente se realizarán el 3 de marzo próximo, y quienes sean escogidos permanecerán en el cargo hasta diciembre del 2003, aclara de algún modo el camino que seguirá la nación.
Durante la mañana, y una vez que la calma volvía paulatinamente a la capital de Argentina, la totalidad de los legisladores trasandinos se reunieron para buscar una salida política a la incertidumbre, en la cual acordaron aceptar la renuncia enviada por De la Rúa en la tarde de ayer. Mientras eso sucedía en el plano político, el riesgo país de la nación se alzaba durante la jornada a 4.723 puntos, el índice más alto desde que comenzara la crisis económica que agobia a los argentinos.
La incertidumbre nuevamente se hizo patente una vez que el Presidente interino, y jefe del Senado, Ramón Puerta, anunció que gobernaría el país sólo durante 48 horas, obligando con ello a la asamblea legislativa a definir, en una sesión especial, a quien asumirá a las 19:00 horas de mañana (sábado) como nuevo presidente.
El tema no fue tan fácil para la comisión de legisladores, puesto que había una serie de postulantes que deseaban asumir la responsabilidad –entre ellos los gobernadores justicialistas Adolfo Rodríguez Saá, quien resultó unánimemente elegido, Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota y el senador Eduardo Duhalde.
El nuevo Presidente dará a conocer mañana su plan económico y además deberá preocuparse de convocar a elecciones anticipadas dentro de los próximo 90 días, hecho que ha encendido una serie de críticas de la población, pues la realización de los unos nuevos comicios implicará necesariamente que el Estado deberá desembolsar recursos económicos con los que no cuenta.
Presidente Puerta fija prioridades
Mientras ello ocurría esta mañana, el Mandatario Ramón Puerta ofrecía una conferencia de prensa en la Casa Rosada, en la cual delineó cuáles serían las prioridades de su corto mandato, fijándolas, principalmente, en el aspecto social.
De esta forma, el interino Mandatario dijo que los primeros objetivos de su gestión serían "que se paguen los salarios" y que "la gente pueda zafar del corralito" y atender "de inmediato" la asistencia alimentaria a los sectores de más bajos recursos.
Además, dio las explicaciones de por qué no seguiría en el cargo más allá de mañana, pues arguyó que de ser nombrado por la asamblea legislativa no contaría con la legitimidad de un gobierno que necesita apoyo ciudadano, razón por la cual, entre otras cosas, cayó administración de De la Rúa.
Consultado sobre las primeras medidas económicas que adoptaría, señaló que estarían referidas a "los temas que hacen a la asfixia de nuestras provincias que no pueden cumplir con el pago de salarios" y por lo tanto "el primer objetivo del justicialismo es pagar el salario, que la gente zafe del corralito para cobrar sus sueldos, y de inmediato antender la cuestión alimenticia".
Reimplantación del Estado de sitio y nuevo gabinete
Mientras el Congreso debatía y aceptaba la renuncia de De la Rúa, éste firmaba el decreto que ponía fin al Estado de sitio declarado el miércoles en la noche.
No obstante, minutos después el presidente provisional se mostró molesto por esta medida, pues dijo que esa garantía presidencial ya no le correspondía a De la Rúa y anunció que lo restablecía "parcialmente" en aquellas provincias donde fuera requerido por sus gobernadores.
Durante la tarde, el propio Puerta presentó al gabinete interino que asumirá la conducción de algunos sectores del gobierno hasta mañana, cuando el nuevo gobernante defina el futuro político de Argentina.
Los nuevos ministros, que cesarán en su cargo hasta mañana de no ser ratificados son los siguientes:
Jorge Capitanich al frente del Ministerio provisional de Economía y Desarrollo Social; Humberto Schiavone, jefe de Gabinete; Oscar Lamberto se encargará de la Secretaría de Hacienda y Miguel Angel Toma en la cartera del Interior y Ricardo Biazzi, en Educación; le solicitaron a Giavarini permanecer en su cargo.
Desolador panorama en las calles
En las principales calles de la capital bonaerense, como Corrientes, 9 de Julio, Plaza de Mayo y Rivadavia, la gente circulaba hasta esta noche en total estado de normalidad en medio de una ciudad que sufrió grandes destrozos en la propiedad privada, principalmente en los sectores cercanos al Palacio de Gobierno.
Bancos, sedes de compañías extranjeras o simples locales comerciales del centro de la ciudad evidenciaban esta mañana la ola de violencia que se desató durante toda la jornada de ayer. La opinión del ciudadano común y corriente, aquél mismo que lucha por mantener su fuente laboral o trata de conseguir una en medio de una economía que sufre los embates de una deuda pública de 132 mil millones de dólares y una corrupción galopante, es que si bien la renuncia del Presidente De la Rúa dará un poco de alivio a la agobiada situación, el período que se inicia ahora estará marcado por la incertidumbre de un país que no sabe hacia dónde ir.
Gustavo Pacci, el chofer que nos trajo desde el aeropuerto de Ezeiza hasta el centro de Buenos Aires, coincide que el problema de Argentina no radica no se solucionará por el sólo hecho de que De la Rúa haya renunciado.
“El problema de Argentina radica en los políticos. Son ellos los que, en sus pugnas cupulares y partidistas se han robado el país. Nosotros, la clase media, somos los que hemos pagado por sus errores. Te aseguro que ahora van a comenzar con las peleas de quién se queda con el país y todo lo que consiguió el pueblo ayer va a quedar en nada”, dice con un tono de desconfianza en la clase política de Argentina. Pero agrega, en un tono de convencimiento de que las segundas partes nunca son buenas, que “Menem no vuelve al poder. Que se pudra”, enfatiza, y cierra la frase con un improperio típico de los de este lado de la cordillera.
Aún así, su diagnóstico no deja de estar, por ahora, tan alejado de la realidad, pues durante toda esta mañana el Congreso ha estado reunido en la sede del poder legislativo para decidir el futuro político y económico del país, y las opiniones respecto de qué hacer son variadas.
El senador Eduardo Duhalde, uno de los líderes del peronismo y acérrimo enemigo de Carlos Menem, dijo esta mañana que la tarea principal es abocarse a estudiar medidas que estabilicen la economía. En ese contexto, señaló que es partidario de terminar con el plan de convertibilidad peso=dólar, pero que antes de hacer tomar cualquier medida se deben asegurar los capitales de los pequeños ahorrantes y de las empresas que cuenten con capital nacional.
En la práctica, en el comercio normal el peso argentino esta mañana estaba perdiendo entre 25% y 30% de su valor respecto del dólar, y alguna gente hacía fila en los bancos para retirar su dinero, luego que el Congreso anulara los decretos que sólo permitían girar 250 pesos (dólares) a la semana o mil pesos de una vez.
De hecho, convencidos de que la moneda nacional irá perdiendo su valor a medida que se dilate un acuerdo político y económico que estabilice la situación, los argentinos prefieren realizar sus transacciones comunes y corrientes en dólares.