SYDNEY.- Unos 5.000 bomberos combatían 75 incendios forestales este martes en el estado (provincia) más poblado de Australia.
Los incendios que devastaron Nueva Gales del Sur destruyeron viviendas, aislaron poblaciones y cortaron grandes autopistas. Miles de personas se aprestaban a abandonar sus hogares, como ya hicieron cientos de sus vecinos.
Al atardecer no se había informado de muertes, pero sí de decenas de bomberos heridos, generalmente por derrumbes de viviendas.
El clima seco, con vientos y temperaturas superiores a 35 grados centígrados, alimentaba las llamas, que seguían fuera de control, dijo el vocero de bomberos John Winter.
En toda Nueva Gales del Sur regía el estado de emergencia. Una bruma parda oscurecía el cielo, y en Sydney, rodeada por un aro de fuego, el olor a quemado llegaba hasta el centro del distrito financiero.