WASHINGTON.- Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos para impedir que la crisis desatada entre la India y Pakistán se convierta en un conflicto armado.
En esas gestiones han participado el Presidente George W. Bush, desde su retiro en Crawford (Texas), el Secretario de Estado, Colin Powell, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
El jefe del Pentágono manifestó que Bush y Powell han estado en estrecho contacto con los gobiernos de la India y Pakistán.
“El mensaje sigue siendo el mismo para ambos países. Se les insta a que reduzcan las tensiones”, dijo ayer, jueves, el portavoz del Departamento de Estado, Philip Reeker.
Powell también se ha comunicado con los ministros de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, Jack Straw, y de Rusia, Igor Ivanov, dos países que tienen vínculos históricos con esa región, dijo Reeker.
Agregó que el secretario de Estado también ha hablado con el presidente paquistaní, Pervez Musarraf, al menos en cuatro ocasiones, con su canciller en dos, y con Straw y el ministro de Exteriores de la India, Jaswant Singh, tres veces.
“Esperamos que ambos países continúen actuando de manera responsable y que eviten un conflicto que no tendría resultados buenos para ninguno de los dos”, señaló.
Las fricciones comenzaron hace dos semanas cuando un grupo que, según la India estaba integrado por activistas paquistaníes, atacó el edificio del Parlamento en Nueva Delhi. En el ataque murieron catorce personas.
Posteriormente, ambos países emplazaron tropas en la frontera común de la región de Cachemira, por cuyo territorio han librado tres guerras en medio siglo.
De manera paralela, Pakistán anunció que tomaría medidas contra los activistas y señaló que estaba dispuesto a iniciar conversaciones para resolver el problema.
Sin embargo, Singh rechazó la posibilidad de esos contactos y acusó a Pakistán de no tomar medidas reales contra el activismo antiindio.
Al mismo tiempo, anunció que su Gobierno había reducido su representación diplomática en Pakistán, limitaba el desplazamiento de diplomáticos paquistaníes y prohibía los vuelos de aviones del país vecino sobre su territorio.
Pakistán respondió de inmediato con medidas similares, agravándose más aún un conflicto que tanto Bush como Powell han tratado de limitar en las últimas horas, dijo el secretario de Defensa.
“Es evidente que estamos observando con extremo cuidado la situación y hemos dejado claro a ambas partes el interés que tenemos en el tema”, dijo Rumsfeld.
Fuentes diplomáticas manifestaron que se teme que un conflicto entre ambos países se agrave al punto de que, en última instancia, podrían decidir utilizar sus armas nucleares.
Estados Unidos también teme que Pakistán, uno de sus aliados más importantes en las operaciones militares sobre Afganistán, decida sacar sus tropas de la frontera con ese país donde han impedido la huida de las fuerzas talibán y los miembros de la organización Al Qaeda, supuestamente liderada por Osama bin Laden.
“Hasta ahora no han retirado sus fuerzas de la frontera con Afganistán. Eso es muy alentador porque (de ocurrir) sería muy decepcionante para nosotros”, dijo Rumsfeld.
El secretario de Defensa explicó que de continuar las tensiones entre esos dos países las dificultades para la operación militar estadounidense en Afganistán se multiplicarían.
“Podríamos tener problemas con los sobrevuelos en caso de que necesiten su espacio aéreo. Eso sería difícil para nosotros”, expresó.
Rumsfeld dijo que en el territorio de Pakistán hay miles de soldados y civiles estadounidenses y “sin duda, las bases donde hay muchos militares podrían necesitar otro tipo de protección”.