BUENOS AIRES.- El ministro de Trabajo de Argentina, Oraldo Britos, justificó hoy el reclamo popular que esta madrugada protagonizaron miles de ciudadanos de la capital del país al señalar que "la gente generalmente no se equivoca".
Antes de ingresar a una reunión de gabinete que encabeza el presidente interino del país, Adolfo Rodríguez Saá, en la residencia oficial de Olivos, a las afueras de Buenos Aires, Britos indicó que no tiene ningún problema en dejar el cargo si el jefe del Estado se lo pide.
"Estamos en un momento difícil y doloroso. Hay que ver qué está reclamando la sociedad, que puede tener razón porque generalmente no se equivoca", expresó el funcionario.
En la noche del viernes miles de vecinos de la capital argentina ganaron las calles de la ciudad y protagonizaron un ruidoso "cacerolazo" contra la corrupción y las medidas que restringen el dinero que pueden sacar de sus cuentas bancarias.
Mientras miles de ciudadanos cortaron calles e hicieron sentir su disconformidad en los barrios golpeando sus cacerolas o haciendo sonar las bocinas de sus autos, otros tantos hicieron lo propio frente a la Casa de Gobierno y a la sede del Parlamento.
Esa situación derivó en algunos actos de violencia, especialmente en el edificio del Congreso, al que irrumpieron grupos de jóvenes y destrozaron parte del mobiliario.
Según Britos, el malhumor de la gente es causado por el mantenimiento del denominado "corralito", que limita el retiro de dinero en efectivo de los bancos, incluso el de las cuentas en las que las empresas depositan los salarios.
"El ’corralito’ es el problema que causó el malhumor de la gente", indicó el ministro de Trabajo, quien anticipó que el presidente Rodríguez Saá va a tomar alguna medida en breve para tratar de dar soluciones a esa situación.
Britos dijo que el Gobierno observa con preocupación la situación que vive Argentina y señaló que no tiene inconvenientes en dejar el cargo que ocupa si así se lo pide el presidente.
"En mi caso particular, como el de otros funcionarios, no tengo ningún problema en dejar el cargo", aseguró el jefe de la cartera laboral al ser consultado sobre si tomaría la misma actitud de Carlos Grosso, quien renunció el viernes por la noche a su cargo de asesor en el Gobierno, una de las reclamaciones más escuchadas durante la protesta.
Cuando fue intendente (alcalde) de Buenos Aires durante el Gobierno de Carlos Menem (1989-99), Grosso fue duramente acusado de actos de corrupción.
Incluso reconoció ante los periodistas que Rodríguez Saá lo designó para asesor del Gobierno provisional por su "inteligencia", no por su "prontuario".
Una protesta similar a la de esta madrugada derivó la semana pasada en la renuncia de Fernando de la Rúa a la Presidencia del país.