SYDNEY.- La lluvia alivió hoy la crítica situación creada por algunos de los fuegos que arrasan el sureste de Australia, aunque el calor y el viento causaron el caos en la costa sur y obligaron a evacuar a más de 1.500 personas.
Los vientos de más de 70 kilómetros por hora propiciaron el avance de las llamas, que se extendieron fuera de control hasta la entrada de las localidades de Cudmirrah, Berrara, Fisherman’s Paradise y Conjola, en el estado de Nueva Gales del Sur.
Sus habitantes fueron trasladados en esta ocasión al vecino pueblo de Sussex Inlet, a unos cien kilómetros de Sydney, el mismo que la semana pasada perdió una veintena de casas y cuyos habitantes quedaron acorralados en la playa durante varias noches.
La poblada y turística zona de la costa sur continúa viviendo bajo la amenaza del fuego, que desde el pasado día de Navidad ha calcinado más de 550.000 hectáreas y unas 170 casas en todo el estado de Nueva Gales del Sur.
La lluvia que cayó durante la noche del domingo se mantuvo a lo largo de hoy en los alrededores de Sydney y disminuyó la intensidad de algunos de los fuegos más amenazadores, aunque otros incendios continuaron su avance a lo largo del territorio australiano.
El incendio de Bulga, al norte de Sydney, que ya ha arrasado 70.000 hectáreas, sigue fuera de control, así como el del parque nacional de Yengo, situado entre Bulga y Sydney.
La esperada lluvia alivió el trabajo de los bomberos en dos de los incendios principales, que han amenazado la ciudad más poblada de Australia durante las últimas dos semanas.
Al noroeste, en la región de Hawkesbury, y al oeste, en las Montañas Azules, parece que los fuegos han quedado bajo control, aunque los bomberos no quisieron mostrarse muy optimistas y anunciaron la nueva situación con cautela.
El comisario de los Servicios Rurales de Bomberos, Phil Koperberg, explicó que se están utilizando una veintena de escáneres que funcionan con rayos infrarrojos para detectar fuego subterráneo, pues "las raíces de grandes árboles arden debajo de la tierra y las lluvias no causan ningún efecto sobre esos fuegos", explicó.
El Servicio Rural de Bomberos alertó de que pasará al menos una semana más hasta que los fuegos sean controlados definitivamente, e indicó que la crisis sólo terminará antes si se producen fuertes lluvias imprevistas, como las de la pasada noche, que afecten a todo el estado.
Los bomberos continuaron hoy con las tareas de prevención y contención, y algunos operativos volvieron, exhaustos, a los estados de los que proceden, mientras que nuevos bomberos de Queensland, Victoria y Australia Occidental llegaron hoy para asistir a sus compañeros de Nueva Gales del Sur.
Sin embargo, la jornada de hoy quedó marcada por el espectacular accidente sufrido por una avioneta ligera que participaba en las operaciones de los bomberos en la costa sur cuando recogía agua para lanzarla sobre los fuegos del Parque Nacional de Deua, aunque el piloto consiguió salir del aparato casi ileso.
El equipo aéreo que combate los incendios se verá reforzado en los próximos días por dos nuevas adquisiciones australianas, el "Increíble Hulk" y el "Melocotón de Georgia", que llegaron hoy a Sydney desde Estados Unidos para unirse a su hermano gemelo, "Elvis", uno de los héroes de estas "Navidades negras".
Se trata de helicópteros cisterna capaces de transportar y lanzar 9.000 litros de agua, que fueron transportados a Australia a bordo de un avión de carga "Antonov".
Sin embargo, antes de que comiencen a funcionar, los helicópteros deben de ser montados, y aunque se esperaba que ambos aparatos iniciaran sus tareas mañana o el miércoles, Cameron Wade, del Servicio Rural de Bomberos, indicó que habrá que esperar algún tiempo más para ello.