RAFAH, Franja de Gaza.- El ejército israelí demolió este jueves decenas de edificaciones en el sur de la Franja de Gaza, en respuesta a un ataque palestino en que murieron cuatro soldados y puso fin a tres semanas de relativa calma; y a la vez, el grupo radical Jihad Islámico anunció este jueves que reanudará los ataques contra objetivos judíos en la zona.
El ataque del miércoles a un puesto militar en el sur de Israel por un ala del movimiento militante islámico Hamas asestó un duro golpe a los esfuerzos de Estados Unidos para contener 15 meses de violencia y poner en marcha una tregua duradera.
En Washington, funcionarios estadounidenses dijeron que había indicios de que autoridades palestinas de alto rango estaban implicadas en un cargamento de armas capturado por Israel la semana pasada. Una de las fuentes dijo que también se sospechaba que el líder palestino Yasser Arafat sabía sobre el cargamento.
Israel culpó a Arafat por el ataque del miércoles y respondió el mismo día con la destrucción de dos puestos de seguridad palestinos en el sur de Gaza, cerca de la frontera con Israel, y cerró tres edificios navales en la costa del Mediterráneo.
Topadoras del ejército y vehículos armados penetraron el jueves por la madrugada en el campamento de refugiados de Rafah, cerca de la frontera de Gaza con Egipto, y sacaron a la fuerza a varios palestinos de sus casas, las cuales demolieron.
El ejército dijo que estas instalaciones eran utilizadas para disparar contra sus soldados. Los testigos dijeron que las topadoras demolieron hasta los cimientos 30 edificaciones, pero Isa Qarra, un funcionario de la Organización de Ayuda y Obras de las Naciones Unidas, informó que unas 45 casas fueron destruidas, pero el ejército no dio cifras.
Desde que los palestinos comenzaron un levantamiento contra la ocupación israelí en septiembre del 2000, francotiradores y facciones de militantes de Rafah han combatido a menudo con los soldados israelíes en la frontera.
Ataque y cargamento de armas
Dos palestinos armados atacaron el puesto militar con fusiles y granadas en la aldea de Kerem Shalom, en el sur de Israel. Los murieron en el combate después de dar muerte a un oficial y tres soldados todos ellos beduinos árabes.
La Autoridad Palestina condenó el ataque, el incidente de violencia más grave en la región desde que Arafat exhortó a una suspensión de los ataques contra Israel el 15 de diciembre tras una ola de atentados contra israelíes.
Sin embargo, el Primer Ministro israelí Ariel Sharon acusó a Arafat por el ataque y también por el intento de contrabando de armas, y dijo que Israel revisaría su política hacia la Autoridad Palestina.
El Presidente estadounidense, George W. Bush, expresó su preocupación por el nuevo hecho de violencia. "Es particularmente perturbador porque ocurrió en un momento en que la situación en el terreno estaba relativamente tranquila", dijo el portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer.
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, habló con Sharon y Arafat después del ataque y dijo que había exhortado al líder palestino a ofrecer una pronta explicación sobre el cargamento de armas.
Israel dijo que había encontrado 50 toneladas de municiones suministradas por Irán a la Autoridad Palestina en un barco que capturó la semana pasada a unos 500 kilómetros de sus costas.
La Autoridad Palestina rechazó haber organizado el envío, pero los funcionarios estadounidenses dijeron después de ser informados el miércoles por la inteligencia israelí que el caso sugería la participación de funcionarios palestinos.
"De la información ofrecida por los israelíes, sospechamos con mucha intensidad que Arafat sabía del cargamento", dijo un funcionario estadounidense de alto rango.
Jihad islámica rompe tregua
Mientras eso sucedía, el movimiento radical islamista palestino Jihad Islámica anunció este jueves que pone fin a su tregua de operaciones militares contra Israel, en un comunicado difundido por la cadena de televisión de Quatar Al-Jazeera.
El brazo armado del Jihad, las Brigadas Al-Qods, afirma en ese comunicado que "no tiene ningún acuerdo o cooperación alguno con la Autoridad palestina respecto al cese al fuego con Israel".
El movimiento se comprometió a "continuar la jihad (guerra santa) y la resistencia" y llamó a la Autoridad palestina a poner fin a las "medidas represivas" en contra de sus militantes, según el comunicado.
