GAZA.- El Ejército israelí continuó esta madrugada los ataques por tierra y mar contra la franja de Gaza, mientras la Autoridad Nacional Palestina (ANP) arrestó a dos de los tres presuntos implicados en el contrabando de armas frustrado por Israel.
Comandos submarinistas israelíes penetraron en el puerto de Gaza y hundieron a un guardacostas y a un carguero denominado "Yindala", ambos en servicio con la Policía Naval palestina.
El "Yindala" estuvo en una época bajo el mando de Omar Akawi, el capitán del buque "Karine A" que fue interceptado el pasado 3 de enero por comandos israelíes en el mar Rojo cuando transportaba a la franja de Gaza más de 80 toneladas de armas prohibidas por los Acuerdos de Oslo.
Fueron también los comandos israelíes, y no helicópteros o fragatas, quienes dispararon anoche varios misiles contra un depósito de gasolina y destruyeron instalaciones de la Policía Naval palestina, cuerpo al que Israel responsabiliza del contrabando de las armas.
Israel asegura que la ANP adquirió en Irán el cargamento, valorado en unos 16 millones de dólares, y que el líder palestino, Yaser Arafat, tenía conocimiento de la operación.
Los funcionarios arrestados son Fuad Shubeiki, encargado de presupuestos para los organismos de seguridad de la ANP, y Adel al-Mugrabi, responsable de adquisiciones militares y armamento, ambos en prisión preventiva.
El tercer implicado, Fathi Razem, subjefe de la Policía Naval, es buscado aún por las autoridades, según fuentes de la ANP.
La orden de arresto contra los tres funcionarios fue aprobada anoche por Arafat -quien aceptó de esta forma las recomendaciones de la "comisión interna" que investiga el caso- y será extensiva a cualquier otra persona implicada en los hechos, señala un comunicado oficial.
EEUU alabó la decisión de la ANP de arrestar a los responsables del "Karine A", aunque el secretario de Estado, Colin Powell, consideró el viernes que el Presidente palestino debe hacer aún más esfuerzos para destruir las infraestructuras de las organizaciones terroristas.
El primer ministro israelí, Ariel Sharón, aseguró el jueves que Arafat no abandonará la ciudad de Ramala, en la que está confinado desde hace más de un mes, hasta que arreste a los responsables del cargamento de armas y también a los presuntos asesinos del ministro israelí de Turismo, el ultraderechista Rejabam Zeevi.
Sin embargo, el Gobierno israelí restó hoy importancia a las detenciones de Shubeiki y al-Mugrabi y las calificó como una farsa para protegerlos de una posible represalia de Israel.
"En otras ocasiones la ANP informó de arrestos y después nos enteramos de que (los sospechosos) estaban en apartamentos de lujo con el objetivo de defenderlos de Israel", dijeron portavoces oficiales, quienes subrayaron que al-Mugrabi está confinado en la residencial de Arafat en Gaza.
Agregaron que la orden de arresto no es "fidedigna" porque "la ANP aún trata de hacer contrabando con grandes cantidades de armas para sus fuerzas de seguridad tanto por los túneles de Rafah (sur de Gaza) como por otros medios".
Con este mismo argumento, los portavoces intentaban justificar otras dos operaciones que el Ejército israelí lanzó esta madrugada en la franja de Gaza.
Excavadoras y tanques completaron la destrucción de los 3,5 kilómetros de la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional de Gaza, cuya reconstrucción ya había sido aprobada por Israel.
"La decisión de destruir por completo la pista de aterrizaje se debe a que Arafat ha estado pasando armas a la ANP en su avión privado", dijeron las fuentes del Gobierno israelí.
El aeropuerto -financiado por España, Alemania y Egipto a un coste de 60 millones de dólares- está cerca de la localidad de Rafah, donde el Ejército demolió el jueves 73 viviendas de civiles palestinos en represalia por la muerte de cuatro soldados un día antes a manos de dos activistas islámicos que también murieron en el ataque.
"La destrucción del aeropuerto es un crimen y un acto que puede conducir a una mayor tensión y violencia en la zona", afirmó el asesor del presidente Arafat, Nabil Abu Rudaina, quien pidió la intervención de la comunidad internacional para frenar las agresiones israelíes.
Asimismo, se informó de la destrucción de una vivienda en la localidad fronteriza de Rafah que servía para el contrabando de armas desde Egipto, a través de un túnel que conectaba ambas partes, según un portavoz militar israelí.