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Presidente de Colombia rechaza propuesta de paz de FARC

El Presidente aseguró, sin embargo, que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tienen una última oportunidad para realizar una segunda propuesta que mejore la presentada la noche del sábado. De lo contrario, deberán cumplir el ultimátum de desalojo, que vence a las 21.30 local (0230 GMT) del lunes.

13 de Enero de 2002 | 07:13 | Reuters
BOGOTA.- El Presidente de Colombia, Andrés Pastrana, rechazó este domingo la propuesta de la principal guerrilla izquierdista del país para reanudar el proceso de paz y le dio 48 horas para abandonar el enclave desmilitarizado bajo su poder.

El Mandatario aseguró, sin embargo, que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tienen una última oportunidad para realizar una segunda propuesta que mejore la presentada la noche del sábado. De lo contrario, deberán cumplir el ultimátum de desalojo, que vence a las 21.30 local (0230 GMT) del lunes.

"Sólo una manifestación pública en tal sentido (una mejor propuesta) podrá detener el reloj", advirtió Pastrana en una alocución televisada a la medianoche del sábado.

El jefe de Estado exhortó a las FARC, con unos 17.000 combatientes, a discutir sin preámbulos ni dilaciones el cese al fuego y las hostilidades, entre las que se incluyen, principalmente, los secuestros y los ataques a la población civil, la más azotada por la guerra interna de 38 años.

Pastrana dio a conocer su decisión dando respuesta a una propuesta de 14 puntos presentada por las FARC, con el apoyo de un enviado especial de la ONU, en la que ratificaron la necesidad de continuar con los diálogos para evitar la agudización del conflicto.

En dicha propuesta, las FARC plantearon la creación de una comisión bilateral para resolver los escollos con respecto al manejo del enclave desmilitarizado que sirve como escenario de los diálogos y que les fue cedido por el gobierno en noviembre de 1998.

Esta zona, cuyo tamaño equivale al de Suiza, ha sido empleada como asentamiento de bases rebeldes, zona de entrenamiento militar, refugio de secuestrados y corredor estratégico en el tráfico de armas y drogas, según denuncias de múltiples organismos, entre ellos, Naciones Unidas.

Asimismo, la guerrilla aparentemente diluyó sus exigencias para que el gobierno levantara los controles militares al enclave, que incluyen sobrevuelos, prohibición de ingresos a extranjeros y retenes de las fuerzas armadas en los alrededores de la zona de 42.000 kilómetros cuadrados.

En vilo por recrudecimiento de la guerra

No obstante, en un tono enfático y sorpresivo, Pastrana demostró no haber quedado convencido de la real voluntad de las FARC para avanzar en el proceso de paz, iniciado hace tres años, sin bloquear la discusión de los temas cruciales.

Por eso, Pastrana, de 47 años, declaró el miércoles en la noche la ruptura del proceso de paz con las FARC y anunció el ultimátum de su retirada de la zona.

"El plebiscito nacional que he recogido me muestra que sin más dilaciones, ni pretextos, comisiones ni subcomisiones, los colombianos anhelan resultados efectivos que permitan que la negociación se adelante sin confrontación armada", sostuvo el presidente.

"Que las FARC no se equivoquen. Con una declaración que recoja el anhelo nacional, habrían salvado el proceso", concluyó Pastrana, cuyo mandato culmina en agosto.

De cara a las elecciones presidenciales de mayo, la población civil se mantiene en vilo y manifiesta abiertamente su temor por lo que podría ser un recrudecimiento de la guerra entre rebeldes izquierdistas, paramilitares de ultraderecha y fuerzas de seguridad estatales.

Las FARC, con presencia en todo el país, especialmente en el sur, donde se ubica el enclave, podrían aumentar sus ataques a las cabeceras municipales de los departamentos, los secuestros masivos y atacar, a través de redes de milicias urbanas, las principales ciudades.

Pese a ello, el lento desarrollo de los diálogos con los rebeldes y los resultados exiguos, colmaron la paciencia de amplios sectores de la sociedad, incluyendo grupos industriales, que se muestran cada vez más proclives a una salida militar para poner fin a una guerra ya degradada.

En este sentido, las fuerzas militares han desplegado en los últimos días cuantiosas tropas, maquinaria y armamento alrededor del enclave, y sólo les resta la orden del presidente para entrar a la zona, de unos 120.000 habitantes, y enfrentar a los guerrilleros de las FARC.
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