BUENOS AIRES.- Una misión de técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) llegará este lunes a Buenos Aires, con el objetivo de analizar el impacto directo de las últimas medidas adoptadas por gobierno de Eduardo Duhalde, especialmente los alcances de la devaluación del peso en la economía real.
Esta vez, quienes llegan al país no son integrantes del Departamento del Hemisferio Occidental -que siguen de cerca la situación de la Argentina, entre otros países, y negocian con el Gobierno-, sino del Departamento Monetario de ese organismo.
Vienen para conocer de cerca cuál ha sido el impacto en el sistema bancario de la pesificación parcial de los créditos, para analizar cómo se puede restituir la confianza de los ahorristas -mientras continúa el descontento popular por las medidas que cierran aún más al de por sí restrictivo corralito bancario- y, más que nada, para mirar de cerca los efectos de la devaluación en la economía real.
"No son negociadores, es una misión estrictamente técnica que creo que será muy útil porque viene a dar consejos, a contar cuáles son las experiencias que se dieron en otros países ante la devaluación de sus monedas. No es el inicio de una nueva negociación porque, en estos momentos, el país no está en condiciones de negociar una ayuda por parte del FMI", dijo anoche a La Nación de Argentina una alta fuente del Gobierno.
El rumbo que podría seguir la economía tras la devaluación del peso es el tema que desvela al ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov. Tanto es así que en las próximas horas realizará una teleconferencia con funcionarios de países que pasaron por una situación similar a la que hoy padece la Argentina y con economistas de organismos que participaron en operaciones de salvataje.
El secretario de Finanzas, Lisandro Barry, también se ocupó de bajarle el tono a la llegada de los visitantes del Fondo: "Es una misión técnica para ayudar a trabajar en un sector que es absolutamente crítico", aclaró.
En tal sentido, señaló que la comitiva se reunirá hoy con un equipo de su secretaría y también con integrantes del Banco Central, "para resolver los problemas coyunturales y estructurales del sistema financiero".
Asistencia Financiera
El viernes último, la subdirectora del organismo multilateral envió a través de la prensa, un mensaje al gobierno de Eduardo Duhalde tan frío como la temperatura que por estos tiempos se vive en Washington.
"La Argentina aún no avanzó hacia un programa coherente. El actual régimen cambiario es insostenible a mediano plazo", dijo, contundente, la funcionaria y dio pie para que algunos integrantes de Hacienda replicaran sus palabras.
En el edificio de la calle 19 entre G y H, en la capital norteamericana, los funcionarios del FMI no pueden digerir que el actual Gobierno haya optado por la existencia de dos tipos de cambio -el oficial y el libre- y ven con mejores ojos que se adopte la libre flotación del peso ante el dólar.
Además, el Fondo reclama que no se tomen medidas proteccionistas y que exista una negociación transparente con los acreedores externos. De allí, y según la creencia de quienes conocen muy de cerca cómo se ha desarrollado hasta ahora la negociación con el Fondo, es difícil imaginar que el organismo acepte liberar los desembolsos del blindaje y la asistencia que se acordó en agosto último si la Argentina no atiende las recurrentes exigencias que se vienen haciendo desde Washington.
Esto es, un presupuesto creíble, orden fiscal en las provincias, un programa económico sustentable y, ante todo, consenso político que sostenga los cambios.
"La Argentina no está en condiciones de negociar dinero hasta que ordene su situación fiscal. Por eso, quienes llegan a Buenos Aires no son negociadores en absoluto", dijo un funcionario del área económica con permanente diálogo con Washington.