HANOI.- La polémica sobre el consumo de carne de perro en Corea del Sur no conmueve a los vietnamitas, entre los que hay cada vez más aficionados a este manjar, considerado como una tradición gastronómica y cultural milenaria que hay que preservar.
"Quien no ha probado la morcilla de perro en este mundo no podrá conocer ese placer en el otro mundo", afirma un refrán vietnamita. Y, en efecto, el consumo de carne de perro aumenta regularmente, al igual que el número de restaurantes que la sirven.
Decenas de restaurantes especializados en carne de perro se han instalado en los últimos años en el dique que protege Hanoi de las crecidas del río Rojo.
Solamente en la capital funcionan más de 300 restaurantes que sirven exclusivamente carne de perro, la cual puede ser comprada también en los mercados.
"Mis clientes aprecian particularmente la morcilla y el picadillo frito, platos que a menudo no logramos preparar en cantidad sufiente", afirma Tran Muc, propietario de un establecimiento especializado.
Muc precisa que vende diariamente la carne de un centenar de perros, preparada en siete platos diferentes, acompañados de "mam tom" (salsa picante de camarones), de diversas verduras, de tortas de arroz o de fideos.
"A menudo, los clientes deben esperar que haya un lugar libre en el restaurante", agrega Muc, precisando que su facturación es de "varios miles de dólares por día".
Y sin embargo la carne de perro no es cara. Un kilo de carne cruda cuesta aproximadamente 25.000 dongues (1,6 dólares). Una comida en un restaurante cuesta entre 20.000 y 30.000 dongues (1,5-2 dólares), es decir una suma abordable para los ingresos de la mayoría de los vietnamitas.
"Nuestros clientes son principalmente asiáticos, sobre todo coreanos y chinos, pero tenemos también clientes occidentales", señala Tran Kim Thu, propietaria de un restaurante de carne de perro situado cerca del barrio diplomático de Hanoi.
Según la tradición, la carne de perro tiene virtudes afrodisíacas y ayuda asimismo a los empresarios a "evitar los malos negocios".
"Las autoridades no han evocado jamás una eventual prohibición de la carne de perro, ya que se trata de una tradición alimentaria de los vietnamitas", precisa Hoang Thuy Tien, jefe del departamento de higiene y seguridad alimentaria del ministerio vietnamita de Salud, quien recuerda que "cada nación tiene sus propias características y sus tradiciones, que hay que respetar".
El consumo de carne de perro ha sido evocado recientemente en la prensa al acercarse el campeonato mundial de fútbol, que organizan de mayo a junio próximos Japón y Corea del Sur. El tema, que había sido ya objeto de debate en ocasión de los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, volvió a ser planteado por asociaciones de defensa de los animales de países occidentales, pero también por la FIFA, que pidió a las autoridades sucoreanas que pongan fin a esa costumbre culinaria.