BAGDAD.- El presidente iraquí, Saddam Hussein, abandonó hoy su habitual tono bélico y, en un discurso de corte muy filosófico, predijo el "cercano" desmoronamiento de Estados Unidos como "único superpoder del mundo".
En una alocución televisada con motivo del once aniversario del inicio de la guerra del Golfo, que puso fin a la invasión iraquí de Kuwait, Sadam Hussein se centró en "la decadencia norteamericana" y apenas se refirió a los problemas y disputas del mundo árabe.
"El imperio estadounidense ciertamente ha comenzado a caer desde lo alto. Washington no podrá retener su posición porque ésta debe estar sustentada en pilares morales y humanos", dijo en un discurso de más de 30 minutos.
Vestido con un terno negro, de pie tras un centro de flores y flanqueado por una bandera de su país, el presidente iraquí subrayó que mientras no cambie su política internacional, Estados Unidos "estará lejos de ser una nación justa".
Irak invadió el 2 de agosto de 1990 Kuwait, emirato del que fue expulsado siete meses después por una alianza internacional liderada por Estados Unidos.
La noche del 16 al 17 de enero de 1991, los ejércitos aliados lanzaron una guerra contra Irak bautizada como operación "Tormenta del Desierto" y considerada "la Madre de Todas la Batallas" por el líder iraquí.
El discurso de Saddam Hussein tuvo lugar pocas horas después de que el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, advirtiera a Irak de las consecuencias negativas que puede sufrir de continuar negándose a autorizar el regreso de los inspectores de desarme de la ONU a Bagdad.
"Espero que Saddam Husein permita que los inspectores de armamento regresen a Irak. Queremos saber todo acerca de su programa de desarrollo de armas de destrucción masiva", explicó Bush tras reunirse en Washington con el primer ministro turco, Bulent Ecevit.
Irak expulsó en diciembre de 1998 a los expertos en desarme de la ONU tras acusarlos de espiar en favor de Estados Unidos, acción que provocó días después el último ataque aéreo masivo de la aviación norteamericana sobre Bagdad.
Además, Irak aparece en todas las listas que la comunidad internacional baraja sobre los posibles siguientes objetivos de Washington en su lucha contra el terrorismo mundial.
Saddam Hussein, que aparentaba un aspecto saludable aunque bastante envejecido, no se refirió, por primera vez en los últimos 15 meses, a la Intifada (levantamiento) palestina contra la ocupación israelí, ni al conflicto que su país mantiene con otros países árabes, en especial con Arabia Saudí y Kuwait.
"Larga vida a Palestina libre y árabe, Dios es el más grande", fueron las palabras con las que el presidente iraquí concluyó su discurso.