BOGOTA.- La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liberó al cabo de la policía José Pérez, padre de un niño que hace un mes falleció de cáncer sin poder cumplir con su deseo de ver a su progenitor, informó este jueves la cadena privada Radionet, citando fuentes policiales.
Según ese informe, el suboficial, que había sido secuestrado por los rebeldes en marzo de 2000, fue liberado en una zona montañosa limítrofe entre los departamentos de Huila y Caquetá, cerca de la zona despejada de 42.000 km2 del sur del país, escenario del diálogo de paz entre el Gobierno y ese grupo, y bajo dominio guerrillero.
La esposa del cabo y madre del niño, Edith Ocampo, expresó su alegría por la liberación de su marido, pero al mismo tiempo se dijo "muy triste" por el hecho de que los insurgentes no hubieran satisfecho los apremiantes llamados del menor para reunirse con su padre antes de morir, el pasado 18 de diciembre.
Ocampo señaló que el suboficial fue liberado tras gestiones humanitarias desarrolladas por el pintor colombiano Omar Gordillo, quien en las últimas semanas se entrevistó en varias ocasiones con los líderes de las FARC, en la zona despejada.
Funcionarios de la gobernación de Huila consultados telefónicamente por la AFP dijeron desconocer si el cabo Pérez fue liberado en esa región, pero indicaron que diversas personas y entidades desarrollaban gestiones humanitarias para lograr su liberación.
El hijo del suboficial, Andrés Felipe Pérez (12 años), falleció de cáncer el pasado 18 de diciembre en su vivienda de la localidad de Buga (450 Km. al sudoeste de Bogotá, en el departamento de Valle).
Convertido en el símbolo de la lucha contra el secuestro en un país azotado por un sangriento conflicto guerrillero, Andrés Felipe Pérez había clamado a las FARC para que liberaran a su padre, a fin de poderlo ver antes de morir.
Las FARC, comprometidas desde enero de 1999 en un esquema de paz con el Gobierno, propusieron que el suboficial fuera canjeado por un guerrillero preso que también se halla en malas condiciones de salud, pero las autoridades rechazaron enfáticamente esa iniciativa.
Ante la agonía del menor y sus apremiantes llamados a los rebeldes para que liberaran a su padre, miles de colombianos se movilizaron por las calles de diversas ciudades y clamaron a los guerrilleros para que le permitieran cumplir con su último deseo, y muchas personas se ofrecieron en canje por el cabo Pérez.
El alto mando rebelde señaló en un mensaje por Internet difundido en diciembre pasado que el niño se había convertido en una mercancía, y que su drama servía para la lucha publicitaria de la oligarquía.
"Andrés Felipe nunca ha tenido padre. A pesar del cáncer su padre lo abandonó desde los seis meses. Pero ahora, ante la inminente muerte del niño, todo el mundo quiere que padre e hijo se reúnan. Y entonces explotan sin piedad y sin misericordia las fotos de su dolor. Y muchos se han ofrecido para canjearse por el padre. Unos con sinceridad y otros con calculada hipocresía", enfatizaron las FARC.
Los rebeldes indicaron en esa ocasión que los que dramatizaron el caso del menor afectado de cáncer terminal "no se acuerdan de los 300 niños que todos los días mueren de hambre en Colombia".