San Vicente del Caguan, Colombia.- El segundo y último plazo para que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) acepten iniciar las negociaciones sobre una tregua general termina este domingo a la media noche y los habitantes de la zona desmilitarizada viven entre la zozobra y la esperanza.
“Estamos soportando una tortura sicológica impresionante porque no sabemos qué va a pasar si no hay acuerdo”, dijo hoy a la AP el comerciante Luis Carlos Rincón.
Para el alcalde Néstor Ramírez hay un normalidad aparente, pero “mucha expectativa por la terminación de la zona de distensión y algunas personas han decidido marcharse del pueblo hasta que se defina esto”.
El presidente Andrés Pastrana reiteró que el plazo está corriendo y quedan pocas horas para que las FARC acepten el cronograma de negociaciones para el cese del fuego, el fin de los secuestros, las extorsiones y los ataques contra la población y la infraestructura económica, que se han multiplicado en la última semana.
Si no hay acuerdo, la zona desmilitarizada creada el 7 de noviembre de 1998 se termina y en las siguientes 48 horas millares de soldados ingresaran al territorio del tamaño de Honduras, para recuperar su control, hasta ahora en manos de las FARC.
“Solicitamos de la comunidad internacional amiga del proceso de paz, el acompañamiento permanente a la población de la zona de distensión durante el proceso y en el caso de un eventual rompimiento del mismo”, dijeron las juntas de acción comunal en un comunicado en el que instaron a las partes a continuar la búsqueda de una solución política al conflicto interno de 38 años.
En San Vicente del Caguán, la sede de las negociaciones, sus habitantes han reducido sus actividades nocturnas y están pendientes del desarrollo de las conversaciones y preocupados, además, por las críticas que se hacen a la zona desmilitarizada.
Las denuncias sobre la existencia de miles de reses robadas que están en la zona bajo el amparo de la guerrilla fueron desmentidas. “Lo que ha habido en esta zona durante estos tres años de paz, es un aumento de 320.000 a 638.000 cabezas de ganado de propiedad de los sanvicentunos”, manifestó el veterinario Luis Eduardo López, que encabeza un comité de apoyo a las negociaciones de paz.
La ganadería es la principal actividad de la región. El aumento de la actividad ganadera, comercial y las versiones de que el gobierno está haciendo grandes inversiones en la zona, han aumentado la población de 42.000 a 80.000 personas, dijo el Alcalde.
“Muchos de los nuevos habitantes son desplazados por la violencia, otros que huyen de las fumigaciones de los cultivos de coca en la zona vecina del Putumayo y muchos más que vienen en busca de trabajo y mejores oportunidades’’, señaló el alcalde.
“Hemos vivido una economía de fantasía. Las ventas del comercio aumentaron un 50% en estos años”, dijo el comerciante Rincón. “Pero no ha sido suficiente para una población duplicada”.
“Hay caos urbano y problemas enormes”, dijo el alcalde al indicar que están aumentado los tugurios y las invasiones de tierra, porque no hay vivienda para tanta gente.
A pesar de las dificultades, el alcalde y los dirigentes cívicos estiman que los diálogos deben proseguir aquí. “Seguimos facilitando nuestro territorio para que se adelante el proceso de paz con cese del fuego y hostilidades”, afirmó el alcalde. “La palabra la tiene la guerrilla en pocas horas”.