PARÍS.- Gobierno y pacientes se enfrentan la próxima semana a huelgas del personal hospitalario, enfermeras, médicos especialistas, farmacéuticos o conductores de ambulancias, que agravarán el colapso de las urgencias generado por el largo paro de los médicos generalistas.
Las protestas caen en un mal momento, puesto que coinciden con unos días en que las epidemias propias del invierno (la gripe, la bronquiolitis y la gastroenteritis fundamentalmente) causan estragos entre la población y colapsan los servicios de urgencia de los hospitales, que sufren problemas crónicos de ocupación.
Las continuadas huelgas de los generalistas ha provocado que muchos enfermos en lugar de llamar a sus médicos de cabecera acudan directamente a las urgencias, lo que ha causado su saturación.
El secretario de Estado de la Salud, Bernard Kouchner, tuvo que anunciar el pasado viernes la apertura de camas suplementarias en las urgencias lo que dado, el nivel límite de ocupación de los hospitales causará retrasos en las hospitalizaciones programadas y empeorará las listas de espera.
La coincidencia en las fechas de todas estas protestas del sector sanitario demuestra que el Gobierno no ha sabido poner fin a tiempo a los conflictos con cada uno de los sectores profesionales, que en su mayor parte se arrastran desde hace varias semanas o incluso meses.
Una de las razones es el escaso margen presupuestario con que cuenta el Ejecutivo ahora que la ralentización económica no permite esperar buenas noticias en la recaudación de impuestos. Pero lo peor ha sido que los gastos del seguro de enfermedad de la Seguridad Social, hechos públicos el viernes pasado, revelaron que hubo un aumento de un 7,3 por ciento en 2001 cuando el objetivo fijado en los presupuestos para ese ejercicio era una subida del 3 por ciento.
La semana comenzará con la convocatoria el lunes de una jornada de paro de cuatros sindicatos (CGT, FO, CFTC y SUD) que representan a la mayor parte del personal hospitalario (780.000 personas), y que no firmaron un acuerdo entre el Gobierno y otras cuatro centrales sobre la aplicación de las 35 horas.
Este compromiso sobre la puesta en marcha de la reducción del tiempo de trabajo en los hospitales públicos al que se llegó tras un largo conflicto de varios meses, y que supone la creación de 45.000 nuevos puestos de trabajo en tres años, no ha satisfecho al primer grupo de sindicatos, que amenazan con un nuevo paro para el miércoles.
El martes está programada la protesta de las enfermeras liberales (52.000), que exigen una autorización para la subida de sus tarifas, que se mantienen sin cambios desde hace tres años, principio al que ya ha accedido la ministra de Empleo y la Solidaridad, Elisabeth Guigou, con la que falta por negociar ahora su cuantía. Para presionar en la negociación, las enfermeras han convocado una huelga en todo el país y una manifestación en París.
La jornada del miércoles va a ser la más conflictiva, ya que los que pararán entonces serán los médicos: los generalistas, los de los servicios de evacuación de urgencias y los especialistas, a los que se sumarán los conductores de ambulancias.
Las negociaciones con los generalistas sobre sus honorarios podrían desembocar en un acuerdo con MG France antes de que acabe la próxima semana, lo que supondría una partida suplementaria de 732 millones de euros en tres años. Pero ni este sindicato minoritario ha dado su visto bueno final ni mucho menos el mayoritario CSMF. Ambos quieren una subida significativa de las consultas.
Las reivindicaciones de los especialistas van por la misma línea que las de los médicos de cabecera, y se pueden generalizar a otros colectivos en función de la salida que se dé a éstos, sobre todo si se tiene en cuenta que la próxima primavera se celebran en Francia elecciones presidenciales y legislativas.