WOOMERA, Australia.- Once menores de edad, de entre 14 y 17 años, amenazan con suicidarse en el centro de refugiados de Woomera, sur de Australia, tras una semana de significativas protestas contra la política del gobierno en materia de inmigración, indicaron este lunes abogados de los refugiados.
Rob McDonald, uno de los defensores de los refugiados de Woomera, el mayor y más aislado de los campos australianos, indicó el lunes que 15 muchachos amenazaban con suicidarse y que cuatro habían desistido pues consideraban que con ello entorpecerían su pedido de asilo
El primer ministro conservador, John Howard, excluyó nuevamente toda flexibilización de las leyes de inmigración y consideró que las acciones de los jóvenes afganos eran un chantaje.
Los muchachos dijeron "que querían una decisión inmediata porque de lo contrario pasarían al acto. La gente del centro está muy inquieta y nerviosa. Estoy seguro de que tratan de convencerlos para que no hagan nada", declaró el abogado. "Esos chicos piensan que es la única manera de abandonar el centro", prosiguió.
"Están muy cansados y en mala condición física. Quieren una respuesta de los servicios de inmigración y están cada vez más dispuestos a pasar al acto", agregó.
Según los abogados de los solicitantes de asilo, 370 se niegan a alimentarse, entre ellos 162 hombres, 14 mujeres y cinco niños afganos, después de una semana de rebelión por las condiciones de detención y la lentitud de los trámites. Algunos llevan dos años en Woomera.
Los jóvenes que amenazan con suicidarse pretender hacerlo arrojándose contra las alambradas de púas, hiriéndose con objetos cortantes o ingiriendo sustancias tóxicas, indicó el defensor.
Los intentos de suicidio y las mutilaciones se han multiplicado esta última semana. Quince personas intentaron ahorcarse, otras ingirieron champú o detergente, aduciendo que eran tratadas y estaban encerradas "como animales".
Recientemente, 35 internados en Woomera se cosieron los labios en señal de protesta.
Otra veintena de candidatos al asilo observan huelga de hambre en dos centros del oeste de Australia y 35 más en un establecimiento de Melbourne, indicó el letrado.
Los incidentes en Woomera empezaron año y medio atrás con la fuga de 500 reclusos, que manifestaron en forma pacífica en un centro comercial antes de regresar al campo. En diciembre, tres días de violencia costaron heridas a 21 guardianes del centro.
Estas personas, en su mayoría afganas, protestan por la reciente decisión de Canberra de suspender los pedidos de asilo de unos 2.000 afganos al considerar que la caída del régimen de los talibanes no justificaba ya sus solicitudes.
