WASHINGTON.- Estados Unidos intensificó hoy la presión sobre el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, al considerar que su último discurso es ambiguo y no ayuda a frenar el terrorismo.
"No creemos que esa manera de hablar ayude" al proceso de paz, dijo hoy el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, en referencia al discurso pronunciado el pasado sábado por Arafat en el que indicó que los palestinos estaban "haciendo frente a una crisis militar".
Para las autoridades estadounidenses, el discurso de Arafat deja abierta la posibilidad de que aumente la violencia entre palestinos e israelíes.
En ese discurso, Arafat afirmó hasta cinco veces seguidas que seguirá "con la Jihad" (guerra santa), y que será "uno del millón de mártires en el camino a Jerusalén".
Boucher subrayó hoy que EE.UU. quiere ver "declaraciones positivas y acciones decisivas de parte de Arafat y de la Autoridad Palestina que contribuyan a lograr los objetivos. Y creo que algunas de las frases por las que se le han citado este fin de semana no contribuyen a ello".
No obstante, Boucher subrayó que pese a la evolución de la situación y a que el enviado especial de EEUU para Oriente Medio, Anthony Zinni, no viajará por el momento a la región, Washington sigue apoyando el proceso de paz y mediando en el conflicto.
Otras fuentes dijeron que el próximo jueves se reunirán en Washington los enviados especiales para Oriente Medio de EE.UU., de Rusia (Andrei Vdovin), de la Unión Europea (Miguel Angel Moratinos) y de la ONU (Terje Roed-Larsen), que se entrevistarán con el secretario de Estado para Oriente Medio, William Burns.
Por su parte, el presidente George W. Bush criticó hoy a Arafat por fracasar en su lucha contra el terrorismo, durante una conversación telefónica con el presidente de Egipto, Hosni Mubarak.
Bush habló durante un cuarto de hora con Mubarak sobre la situación actual en Oriente Medio, y le expresó "su decepción con respecto a Arafat, incluyendo su fracaso en acabar con el terrorismo", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
"Los dos líderes subrayaron la importancia de la paz y la estabilidad en la región", dijo el portavoz.
Agregó que los dos líderes "reafirmaron su compromiso de continuar trabajando para lograr ese fin y también estuvieron de acuerdo en seguir con estrechas consultas entre EE.UU. y Egipto".
"Le he dicho (a Mubarak) que para que haya paz en Oriente Medio hay que acabar de raíz con el terrorismo donde quiera que exista", dijo el mismo Bush durante una conferencia de prensa con el presidente del gobierno provisional afgano, Hamid Karzai.
Por primera vez, el presidente estadounidense ha criticado abiertamente a Arafat delante del mandatario de un país árabe como Egipto, que para Washington es uno de los socios más cercanos en la región para llevar a cabo la lucha contra el terrorismo global.
Bush expresó el pasado viernes su "decepción" sobre Arafat respecto a su comportamiento en el caso de las armas y explosivos -al parecer comprados en Irán- confiscados a principios de enero por fuerzas israelíes en el carguero "Karine A", que navegaba en el mar Rojo y en el que están involucrados representantes palestinos.
Aunque Arafat ha negado tener conocimiento de ese contrabando de armas y ha ordenado la detención de tres implicados, EE.UU. considera que eso no es suficiente y ha reclamado del presidente de la ANP que asuma su propia responsabilidad en el caso.
La Casa Blanca también ha considerado inadecuada una declaración de las autoridades palestinas sobre la detención de un funcionario de seguridad implicado en esa operación de contrabando, el general Fuad Shubaki, que pasó de arresto domiciliario a prisión.
Además de Shubaki, que era el jefe de la oficina de finanzas de las fuerzas de seguridad palestinas, la ANP emitió órdenes de arresto los coroneles Fathi Razim y Adel Awadalah, que se encuentran fuera de los territorios palestinos en este momento.
Fleischer indicó que las autoridades palestinas ya han practicado detenciones con anterioridad, "pero tan pronto como son detenidos, les dejan salir de la cárcel por la puerta de atrás".
EE.UU. e Israel han acusado a Arafat y la ANP de estar tras la operación de contrabando de armas desmantelada en el Mar Rojo por el Ejército israelí el pasado 4 de enero, y han exigido a Arafat que aclare su implicación exacta en la operación y sus lazos con Irán, de donde supuestamente partió el barco con armas.