TULCÁN.- Una de las dos cajas negras del avión ecuatoriano que el pasado lunes se estrelló contra un volcán colombiano, sin que haya sobrevivientes entre sus 92 ocupantes, fue encontrada el jueves por socorristas que recuperan los restos de los cadáveres, informó el gobernador Edgar Moscoso.
Agregó que la caja negra fue localizada durante la mañana del jueves en las laderas del volcán nevado Cumbal, de 4.768 metros sobre el nivel del mar y unos 25 Km. al noroeste de la ciudad andina de Tulcán, fronteriza con Colombia.
Moscoso, gobernador de la provincia de Carchi, cuya capital es Tulcán, señaló que la caja negra era transportada a un helipuerto montado para enfrentar la emergencia a unos 3.200 metros del macizo, en el sitio denominado Pistejo.
Apuntó que el aparato de grabación será entregado a las autoridades para su investigación y análisis.
Moscoso dijo que la otra caja negra era buscada por patrullas terrestres que "están haciendo el trabajo de recogimiento de evidencias, tanto humanas como materiales".
La dificultad del terreno impedía a las brigadas de socorro un rápido rescate de los restos pertenecientes a los 92 ocupantes de la aeronave, un Boeing 727-100 de la empresa ecuatoriana TAME, que cumplía con el vuelo 120 en la ruta Quito-Tulcán-Cali.
De los 92 ocupantes, nueve eran tripulantes y 83 pasajeros (entre ellos siete niños). Según la Defensa Civil de Ecuador (DCE), un 50% de los pasajeros tenían nacionalidad colombiana. La nómina incluye a dos españoles y un cubano.
Los primeros restos fueron evacuados la víspera hacia la ciudad colombiana de Ipiales, a cinco Km. de Tulcán y 35 Km. al sureste del volcán Cumbal.
El gobernador señaló que, de acuerdo a los forenses, "hay vestigios que son identificables, otros que son reconocibles y otros realmente clasificados como amasijos humanos".
"De las evidencias humanas que al momento están en el coliseo de Ipiales, un 90% es identificable", y la fiscalía y la dirección nacional de Medicina Forense de Colombia "están haciendo un trabajo eminentemente técnico y científico", manifestó.
El gobernador anotó que "en la medida en que avancen estas diligencias de carácter eminentemente profesional, podrían los patólogos forenses o los antropólogos forenses identificar a quiénes pertenecen los restos que se están recuperando".
De otro lado, los organismos de rescate de Colombia y Ecuador dijeron que es casi imposible encontrar más de 8 cadáveres completos en el volcán Cumbal, debido a que los cuerpos se encuentran desmembrados y calcinados, y ante las dificultades climáticas y lo agreste del terreno.
"A medida que pasan las horas las labores de identificación de los cuerpos son más complicadas. La aeronave está totalmente destrozada, por lo que es casi imposible que podamos recuperar más de ocho cadáveres completos", declaró José Guillermo Cortés, director de la Defensa Civil del departamento colombiano de Nariño, limítrofe con Carchi.
La fiscalía colombiana denunció, a su vez, que la zona del accidente fue saqueada antes del pasado martes, cuando las autoridades confirmaron el hallazgo de la aeronave, que fue reportada como desaparecida el lunes último.
Según versiones de algunos funcionarios, los campesinos que habitan en la falda del Cumbal revisaron los cuerpos de las víctimas y sacaron sus pertenencias, así como sus respectivos equipajes y partes del fuselaje del Boeing.
De acuerdo al director de la estatal oficina de desastres de Nariño, Alejandro Erazo, "fue un error muy grave el haber recogido partes del avión y algunas pertenencias de las víctimas, porque la identificación de los cuerpos se dificulta".
Añadió que un alto porcentaje de los cadáveres de las víctimas quedaron pulverizados.
Según versiones periodísticas y ante la imposibilidad de nuevos hallazgos, las autoridades de ambos países estudiaban el jueves temprano la posibilidad de declarar camposanto el lugar del siniestro, tal como se anunció que se hará con el cerro colombiano de El Tigre, donde se accidentó un avión de la compañía Petroecuador con 26 ocupantes, que no sobrevivieron, hace dos semanas.
TAME señaló, por su parte, que las condiciones meteorológicas y el difícil acceso a la zona del desastre dificultaban las tareas de los socorristas, "aspectos que hacen presumir que estas podrían prolongarse".