CARACAS.- Un grupo de policías militares intentaron este jueves detener en medio de una de las principales avenidas de Caracas, a un alto oficial de la Fuerza Aérea que denunció la existencia de descontento entre la mayoría de militares venezolanos con el Gobierno del Presidente Hugo Chávez.
Ante la presión de los policías militares, que bloquearon el paso de su vehículo, el coronel disidente Pedro Luis Soto decidió detener su carro en medio de la vía y exigió la presencia de un fiscal para entregarse.
El ministro de Defensa, José Vicente Rangel, declaró que el caso del coronel Pedro Luis Soto será manejado por fiscales militares y miembros del Ministerio Público.
Rangel descartó este jueves que existan alzamientos militares en algunos estados del país, y atribuyó a rumores las versiones sobre supuestos movimientos subversivos.
"Hay absoluta calma y tranquilidad en todas las guarniciones del país" dijo el ministro de Defensa, a la vez que comentó que los militares respaldan absolutamente el régimen y la institucionalidad democrática.
El militar apareció este jueves de improviso en un evento público organizado por grupos opositores y denunció que cerca del 75% de los militares venezolanos están en contra del Gobierno de Chávez.
"Una gran mayoría de la fuerza armada, oficiales, suboficiales y tropas me respaldan (...) esto no es un Gobierno democrático", dijo el militar.
El Inspector General de la fuerza armada, general en jefe Lucas Rincón, expresó este jueves a la televisora Globovisión que "él (coronel Soto) habla por sí solo. No es la voz de la fuerza armada (...) esa es su condición personal".
Rincón dejó entrever que el militar disidente habría actuado de esa manera debido a que "está descontento porque no ha ascendido".
El general en jefe refirió que Soto "tendrá que atenerse a las consecuencias" de sus actos si no acata el reglamento militar.
"Vamos a analizar (...) vamos a actuar apegados a la normativa general vigente", agregó. Rincón precisó que el coronel disidente tendrá que presentarse ante su comandancia respectiva y presentar un informe.
Soto descartó que los militares venezolanos estén propiciando un golpe de Estado contra Chávez, y refirió que "lo que hago aquí es servir de interlocutor entre la fuerza armada y la sociedad civil para que el Presidente se vaya por la vía institucional".
Esta denuncia surge en medio de la confrontación que Chávez mantiene con los empresarios, sindicatos, partidos de oposición, medios de comunicación y con las autoridades de la Iglesia católica.
La turbulencia política se suma a los problemas económicos derivados de la caída del precio del petróleo y una compra masiva de dólares que han originado un fuerte descenso de las reservas internacionales.
"Le vamos a decir 'no' a sus pretensiones de oprimir a un pueblo que lo eligió para que gobernara. No lo aceptamos", afirmó Soto, quien hace dos años demandó al ex ministro de Defensa, general Eliecer Hurtado, porque le negaron su ascenso a general a pesar de que estaba entre los diez primeros de su promoción.
"Vamos a luchar con toda la fuerza (...) no puede ser que el Presidente (Chávez) haya pensado que lo elegimos para que fuera dueño de Venezuela", agregó ante una audiencia que lo aplaudía eufóricamente.