BOGOTA.- Los negociadores del Gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), acordaron el jueves que una comisión internacional de 10 países, el delegado especial de las Naciones Unidas y la Iglesia Católica acompañen permanentemente la mesa nacional de diálogo y negociación.
El acuerdo que fue firmado en Los Pozos, un caserío al sur del país, por los voceros de las FARC y delegados del Gobierno colombiano afirma que la Comisión Internacional será representada por un embajador de manera rotativa, quien podrá estar acompañado por otro delegado del mismo grupo.
Asimismo, esperan que la ONU a través de su Asesor Especial en Colombia James LeMoyne, confirme su "acompañamiento permanente y de buenos oficios a la mesa" de negociaciones y de la Iglesia Católica colombiana.
Las funciones de esta Comisión serán las de asistir a todas las reuniones de la mesa de negociación, participar activamente cuando la mesa lo indique, recibir y estudiar borradores de sus propuestas, estar presentes en la firma de acuerdos, recibir información sobre el desarrollo del proceso de paz, ofrecer y prestar asesoramiento técnico cuando las partes lo soliciten.
Igualmente, piden a esa Comisión guardar la reserva de las conversaciones en la mesa y sólo podrán entregar declaraciones a la prensa con autorización expresa de ambas partes.
Andrés París, uno de los voceros de las FARC, dijo a la AP que en la próxima reunión, la semana entrante, con el acompañamiento de las personas invitadas, se discutirá el cese al fuego y las hostilidades, por cuanto se trata de un "tema que está a la orden del día".
Los países acompañantes son Canadá, Cuba, España, Francia, Italia, México, Noruega, Suecia, Suiza y Venezuela.
A principios de esta semana, el Gobierno propuso a las FARC pactar una tregua de seis meses, con verificación internacional, para sacar del conflicto a la población civil y se cree un clima favorable para negociar los cambios políticos, económicos y sociales que exige esa organización insurgente.
Cuando se inició el proceso de paz en 1999, las FARC se oponían a la participación internacional, pero ahora parecen dispuestas a permitir esa cooperación foránea.
