BUENOS AIRES. - Argentina liberó el lunes por completo su tipo de cambio en otro esfuerzo por satisfacer al Fondo Monetario Internacional (FMI) y obtener su ayuda para sacar al país de su prolongada crisis económica, que llevó a protestas callejeras que ya derribaron a dos presidentes.
El peso argentino se estabilizó frente al dólar, en el primer día con mercado único libre de cambios, y la divisa estadounidense cerró cotizada entre 1,80 y 1,85 pesos para la compra y 2,10 y 2,15 para la venta, tras comenzar la jornada vendiéndose a 2,30.
En la primera hora de operaciones, el precio del billete verde llegó hasta 2,50 pesos en algunas casas de cambios, pero luego del mediodía la cotización comenzó a bajar, y al final de la tarde se había estabilizado entre 1,80 y 1,90 para la compra y 2,10 y 2,20 para la venta.
Los analistas preveían en general que cuando reabriera el mercado de cambios, tras cinco días de feriado, el precio de la divisa podía saltar hasta tres pesos.
Agregaron que la revalorización de la moneda es producto de una marcada postura oferente de inversores que buscan hacerse de pesos para cubrir obligaciones financieras en moneda local.
"El mercado está totalmente vendedor, no hay tomadores de billete", dijo un cambista. "A los tomadores hay que buscarlos con lupa", agregó.
Este lunes es el primer día en que el peso flota completamente libre en el mercado cambiario luego de que el Banco Central dejara de ofrecer la moneda a 1,40 por dólar para operaciones de comercio exterior.
El gobierno, en tanto, amenazó a primera hora de hoy con sancionar a los especuladores que atacaran al peso mientras una multitud de personas pugnaba por comprar dólares por temor a que se dispare más su valor, que hasta principios de enero estaba atado al peso en paridad uno a uno.
Desde la madrugada, cientos de ahorristas se agolparon frente a las casas de cambio en el centro de Buenos Aires, tras un feriado bancario y cambiario de seis días, decretado para evitar una fuga de depósitos después de que la Corte Suprema de Justicia fallara contra las medidas de restricción de retiro de dinero.
El aluvión de compradores de dólares desde las 10:00 horas de hoy, hora en que comenzó la venta, fue también alentado por un aumento de la liquidez, después de que el gobierno permitiera el retiro íntegro de los salarios de los bancos, a pesar de las impopulares restricciones.
"Vine a las 2 de la mañana para no perderme el día de trabajo. Tengo unos ahorros que quiero tenerlos en dólares", dijo en una fila un joven a una radioemisora local.
En una medida intermedia a la actual libertad de cambio, desde la "convertibilidad" de un dólar por un peso que rigió por una década, el gobierno había establecido en enero un doble tipo de cambio, con una tasa oficial de 1,40 pesos por dólar y un mercado paralelo libre, según el tipo de operaciones.
Argentina abandonó la convertibilidad tras casi cuatro años de estancamiento económico y después de haberse visto obligada en diciembre a declarar un incumplimiento del pago de su deuda pública de más de 140.000 millones de dólares.
Los bancos, desde hace semanas blanco de violentas manifestaciones contra las restricciones bancarias ahora parcialmente flexibilizadas, tienen prohibido vender dólares a sus clientes minoristas en Buenos Aires.
Mientras el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, hacía el equipaje para viajar por la noche a Washington, varios funcionarios salieron a calmar a los argentinos y les aseguraron que no el gobierno no permitirá que el peso continúe devaluándose y que aliente así un alza inflacionaria.
"El Estado no va a permanecer con las manos cruzadas. Va a intervenir en la forma que sea necesaria para que eso (por las maniobras especulativas) no suceda", dijo el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, a radio El Mundo.
Fernández señaló además que "el Presidente (Eduardo Duhalde) habla con la seriedad del Presidente cuando aconseja no "apostar al dólar".
En el debut del dólar libre, Fernández señaló que, así como lo hizo Brasil al momento de devaluar su moneda, el real, el Gobierno "va a intervenir en la forma en que sea necesaria" para evitar maniobras especulativas.
La temida inflación
Los comercios están elevando sus precios en pesos para cubrirse de una mayor desvalorización de la moneda, lo que alimenta los temores de una crisis hiperinflacionaria como las que tradicionalmente acompañaron a las devaluaciones en Argentina.
El Banco Central ya advirtió que intenvendrá en el mercado cambiario para frenar un ataque contra el peso, aunque no dio detalles de qué valor considera conveniente para la moneda local.
"Vamos a intervenir. Es lo normal. La mayoría de los países del mundo tienen bancos centrales que intervienen", dijo el representante del ministerio de Economía en el Banco Central, Guillermo Nielsen, a un canal de televisión.
El otro frente de tormenta son los precios al consumidor, que en enero subieron 2,3 por ciento, su mayor alza en casi una década de régimen de convertibilidad, con el que acabó el gobierno peronista apenas asumió a principios de enero.
El presidente interino, Eduardo Duhalde, que deberá gobernar hasta fines del año próximo, acusó a la convertibilidad de haber causado una pérdida de competitividad que llevó a la economía a la peor crisis de su historia, con niveles récord de desempleo y pobreza.
"Acordamos seguir muy de cerca el comportamiento de los precios (...). El gobierno nacional está preparado para aplicar, allí donde corresponda, toda la fuerza de la ley para castigar los aumentos injustificados", explicó el secretario de Comercio, Hugo Miguens.
Sin embargo, varias asociaciones de comerciantes y consumidores decidieron no quedarse de brazos cruzados y convocaron para el lunes y el martes una campaña de protesta contra las alzas de los precios.
La liberación completa del tipo de cambio es una exigencia del FMI a la que que Remes Lenicov aludirá el martes en Washington cuando se reúna con las autoridades del organismo para comenzar a negociar una ayuda financiera de emergencia.
Otro de los puntos del plan del gobierno es retomar la renegociación de su deuda pública después de que se declarara en diciembre en cesación de pagos en medio de un estallido social.
Las protestas callejeras obligaron a la renuncia del ex presidente Fernando de la Rúa, de la Unión Cívica Radical (UCR), y luego a la de su sucesor peronista interino, Adolfo Rodríguez Saá.
Protestas callejeras
Pese a la mayor fortaleza del peso, la tensión social que provocó estallidos en diciembre no ha remitido.
En la ciudad costera de Mar del Plata, unos 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, cientos de ahorristas se manifestaron frente a varios bancos para reclamar la devolución de sus ahorros, parcialmente congelados desde diciembre.
Al mismo tiempo, en los alrededores de Buenos Aires, grupos de desempleados bloquearon distintas vías de acceso a la capital argentina para reclamar los subsidios que les corresponden y para protestar contra la muerte de un manifestante la semana pasada.