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Bush endurece su discurso y lanza nueva advertencia a Saddam Hussein

"Me reservo cualquier opción", dijo hoy el Presidente de EE.UU., George W. Bush, quien insistió en que "Saddam Hussein tiene que entender que hablo en serio sobre la defensa de mi país".

13 de Febrero de 2002 | 17:55 | EFE
WASHINGTON.- En medio de nuevas informaciones sobre planes para derribar al régimen de Saddam Hussein, el presidente de EE.UU. continuó hoy elevando el tono de sus advertencias contra Irak, y dijo que tomará "cualquier acción necesaria" para defender a su país.

"Me reservo cualquier opción", dijo hoy George W. Bush, quien insistió en que "Saddam Hussein tiene que entender que hablo en serio sobre la defensa de mi país".

El gobierno estadounidense insiste en que no tiene planes militares inmediatos acerca de Irak, pero Bush admitió que prefiere no divulgar las posibilidades que estudia y prefirió centrarse en los peligros que suponen las actividades de regímenes como el de Bagdad.

"Lo más peligroso que puede ocurrir en el mundo es que las organizaciones terroristas se acoplen con los países que producen armas de destrucción masiva", avisó Bush durante una conferencia de prensa con el presidente paquistaní, Pervez Musharraf.

Además, advirtió de que "si hace falta, emprenderemos cualquier acción necesaria para defender al pueblo estadounidense", en medio de informaciones de que se preparan acciones militares y operaciones encubiertas.

Irak, junto con Irán y Corea del Norte, es uno de los tres países a los que Bush colocó en el "eje del mal" que citó en su discurso del 29 de enero ante el Congreso.

Desde entonces, varios responsables del Gobierno estadounidense han resaltado que Washington aún espera poder reanudar el diálogo con Irán y Corea del Norte, mientras que Irak, está en "otro nivel".

Este nuevo aviso del presidente se produjo el mismo día en que el diario "Philadelphia Inquirer" informó de que Bush ha pedido al Pentágono y a la CIA que preparen nuevos planes para derrocar al régimen de Saddam Hussein.

El periódico, que cita a fuentes destacadas del Gobierno estadounidense, señala que un ataque militar no es inminente, pero que Bush y sus asesores han decidido acabar de una vez con el régimen iraquí ante el riesgo que suponen sus programas de armas de destrucción masiva.

Añade que la Casa Blanca está decidida a actuar incluso si los aliados de EE.UU. no le respaldan, después de que en las últimas semanas tanto Rusia como países de la Unión Europea mostraran sus dudas ante la política del "eje del mal".

La información de hoy se une a otras publicadas en la prensa estadounidense durante esta semana, y todas coinciden en que Bush y sus principales asesores están decididos a actuar contra Irak, en un nuevo capítulo de la guerra contra el terrorismo internacional y las armas de destrucción masiva.

En este sentido, se considera que la gira del vicepresidente Dick Cheney, quien a mediados de marzo visitará 11 países de Oriente Medio aliados de EE.UU., servirá para tratar de convencerles de la necesidad de apoyar a Washington en su nueva campaña contra Saddam Hussein.

Según dijeron fuentes del gobierno al "Inquirer", Cheney "no les va a suplicar apoyo", sino que les informará de que "el presidente ha tomado su decisión y será llevada a cabo, por lo que si quieren aportar sugerencias sobre cómo y cuándo se realiza, ahora es el momento de hacerlo".

Cheney fue el jefe del Pentágono durante la Guerra del Golfo, y es uno de los miembros de la actual administración que sirvieron con Bush padre y tiene una cuenta que saldar con Saddam Hussein.

"Esto no es un debate acerca de si hay que librarse de Saddam Hussein. Ese debate ha concluido. Ahora estamos en cómo lograrlo", añadió la fuente al periódico.

Agrega que la CIA presentó recientemente a Bush un plan para tratar de desestabilizar el régimen de Irak a través de una campaña sistemática de sabotajes, desinformación otras acciones encubiertas.

Durante la campaña militar que EE.UU. lanzó sobre Afganistán, numerosos países árabes moderados que apoyaron políticamente a Washington avisaron también de que al mundo musulmán le resultaría más difícil aceptar unos eventuales ataques contra Saddam Hussein.