WASHINGTON.- Luego de un año de tensiones y altibajos en las relaciones con China, el Presidente de Estados Unidos visitará a Beijing la semana próxima con la esperanza de que la cooperación de ese país en la lucha contra el terrorismo coloque a ambas naciones en sendas más productivas.
George W. Bush y el Presidente chino, Jiang Zemin, nuevamente enfrentarán temas controvertidos como la proliferación de armas, los derechos humanos, Taiwán y el programa estadounidense de defensa antimisiles, y no es probable que lleguen a acuerdos significativos, dijeron funcionarios del gobierno y expertos.
Además, dijeron, el hecho de que Bush haya clasificado a Corea del Norte, Iraq e Irán como "el eje del mal", podría causar más incomodidad en China.
La posición estratégica de China quedó desestabilizada por las tropas estadounidenses desplegadas en la cercana región de Asia Central y las embarcaciones militares japonesas en el Océano Indico, como parte de la guerra contra el terrorismo.
Pero algunos expertos también predijeron que ambos líderes mantendrán conversaciones amables y asegurarán que sus intenciones no son hostiles.
Los mandatarios utilizarían el simbolismo del 30 aniversario del histórico viaje del ex presidente estadounidense Richard Nixon a China para tratar de forjar un camino de buenas relaciones a largo plazo.
"No creemos que se llegue a acuerdos significativos", dijo Minxin Pei, analista china de la la Fundación Carnegie para la Paz Internacional.
"El acontecimiento clave que posiblemente ocurra en la reunión de Beijing es que ambos presidentes emitan una declaración (...) reafirmando la naturaleza de sus relaciones".
Hubo hechos que ocasionaron conflictos, como los informes de los dispositivos de espionaje en un avión fabricado en Estados Unidos para Jiang, pero ambas partes le restaron importancia al incidente.
Sin embargo, las nuevas acusaciones de la persecución religiosa en China podrían dar lugar a fricciones.
Bush estará en Beijing el próximo jueves y viernes.
El catalizador para que se fomenten relaciones más amistosas podría ser la cooperación chino-estadounidense como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
La cooperación se basaría en compartir datos de espionaje y en el apoyo de China en las Naciones Unidas para los esfuerzos estadounidenses en la guerra contra el terrorismo.