CARACAS.- El Presidente Hugo Chávez defendió este jueves las medidas de recorte presupuestario y la modificación del esquema cambiario que acordó esta semana su gobierno y el Banco Central de Venezuela para hacer frente a la severa crisis fiscal.
"Son medidas justas y necesarias para evitar que Venezuela vaya a caer en crisis como las que ya hemos pasado, o como las que están pasando otros hermanos países americanos", dijo el Mandatario durante una visita a la ciudad de Barquisimeto, ubicada a unos 300 kilómetros al oeste de Caracas.
El Presidente sostuvo que las medidas de ajuste se hicieron para que "no afecte para nada al pueblo venezolano", y agregó que los programas de salud, educación y atención social serán fortalecidos a pesar de las dificultades fiscales.
Chávez redujo el presupuesto de ingresos del gobierno en 22,2% y bajó el gasto público en 7% para tratar de reducir en el déficit fiscal, estimado en unos 11.000 millones de dólares.
El Mandatario llevó el presupuesto de ingresos y gastos para este año a 26.358 millones de dólares.
El gobierno de Chávez enfrenta problemas económicos como consecuencia de la lenta recuperación de los precios del petróleo, que financian cerca del 30% del gasto público.
La fijación de un nuevo modelo de libre flotación cambiaria ha generado nerviosismo en el mercado y presionado una depreciación de 7% de la moneda en los últimos dos días.
En Venezuela estuvo vigente entre 1996 y el pasado 8 de febrero un sistema de bandas de flotación que permitía el libre flujo del tipo de cambio entre un piso y un techo.
Algunos analistas y empresarios prevén que las medidas de ajuste hechas por el gobierno producirán recesión, desempleo, una aceleración de la inflación y mayor pobreza.
La economía venezolana tuvo el año pasado un crecimiento de 2,7% del producto interno bruto (PIB), lo que representó una desaceleración respecto al 2000 cuando el aparato productivo tuvo una activación de 3,2% del PIB.
El desempleo se ubicó en noviembre pasado en 11,5%.
En Venezuela, a pesar de ser uno de los cuatro principales productores de petróleo del mundo, cerca de la mitad de su población (de 23 millones de habitantes) vive en la pobreza.