WINDSOR, Inglaterra.- La Reina Madre británica, de 101 años, dejó el viernes a un lado las persistentes preocupaciones por su salud para unirse a los miembros de la familia real en el castillo de Windsor en el funeral de su hija menor, la princesa Margarita.
La imagen de la princesa Margarita ha estado muy presente en las calles londinenses por estos días.
La matriarca real fue trasladada en helicóptero el jueves desde su retiro en Sandringham, en el este de Inglaterra, decidida a no faltar en el último adiós a Margarita. La Reina Madre, que ha estado luchando contra una persistente infección respiratoria, se cortó en un brazo tras caerse el pasado miércoles.
Margarita, cuyo deslumbrante estilo de vida desafió las convenciones reales, rompió la tradición incluso en la muerte al pedir ser cremada y no enterrada. La princesa, hermana menor de la reina Isabel, murió el sábado pasado víctima de una apoplejía a los 71 años.
La reina de Inglaterra, Isabel II, asiste al funeral de su hermana menor. En la foto, junto al vizconde Linley y a Sarah Chatto, a la salida de la Capilla de St. George, en el castillo de Windsor.
La reina, su esposo, el príncipe Felipe; el heredero al trono, el príncipe Carlos; y otros miembros de la realeza británica se reunieron en Windsor para el funeral. Ninguno de ellos estará presente cuando se incinere a la princesa a última hora del viernes en la localidad cercana de Slough.
Sus cenizas serán depositadas en la capilla de San Jorge, cerca de la tumba de su querido padre, Jorge VI, cuyo funeral tuvo lugar en Windsor hace exactamente 50 años.
En la población al oeste de Londres, británicos y turistas de todo el mundo se reunieron ante las verjas del castillo para presentarle sus últimos respetos.
Margarita murió justo tres días después de que su hermana celebrase el inicio del año que marca el 50 aniversario de su ascenso al trono, lo que supone una sombra en las celebraciones de la reina.
El príncipe Guillermo llega junto a su padre, el príncipe Carlos, a la ceremonia religiosa en el castillo de Windsor, para despedir los restos de la princesa Margarita.
El laureado poeta Andrés Monino, cuyo trabajo refleja eventos de importancia nacional, escribió varias líneas en honor de la princesa Margarita. El poema no mencionaba a la princesa por su nombre pero hablaba de su "sufrimiento en el amor y la pérdida".
En 1955, Margarita le dio la espalda a un elegante oficial de la fuerza aérea, el héroe de guerra Peter Townsend, cuando el protocolo dictó que una princesa no podía casarse con un divorciado.
Después se casó con el fotógrafo social, Antony Armstrong-Jones, que se convirtió en conde de Snowdon. Pero la pareja terminó divorciándose en 1978, un acontecimiento que no tenía lugar desde los días de Enrique VII cuatro siglos antes. Margarita luego escandalizó a la nación con su romance con el paisajista Roddy Llewellyn, 17 años menor que ella.