LA HABANA.- El presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, Ricardo Alarcón, hombre clave de La Habana en los vínculos con Washington, se mostró el lunes optimista sobre una normalización "en el futuro inmediato" de las hostiles relaciones de la isla con Estados Unidos.
Alarcón, en una conferencia pronunciada en la apertura de la Reunión de Ciudades Hermanas Estados Unidos-Cuba, señaló también la existencia de "riesgos" y obstáculos a ese proceso de normalización, que debería poner fin a más de cuatro décadas de embargo económico norteamericano sobre la isla.
"Estamos en un momento que encierra riesgos, desafíos que no podemos desconocer, y al mismo tiempo muestra grandes posibilidades de poder dar pasos importantes ahora, en el futuro inmediato en términos de un avance real hacia una relación plenamente normal entre Cuba y Estados Unidos", dijo.
Como elementos a favor de una relación normal entre los dos países, que no mantienen lazos diplomáticos desde poco después de la revolución cubana de 1959, Alarcón señaló el creciente clima a favor dentro de la sociedad norteamericana, donde cada vez hay más sectores opuestos a las sanciones económicas sobre Cuba.
Alarcón también destacó las numerosas visitas de norteamericanos a la isla en los últimos meses y las compras sin precedentes de alimentos hechas por Cuba en Estados Unidos.
Cuba compró alimentos a Estados Unidos el año pasado, por primera vez en cuatro décadas, de manera excepcional para reponer las reservas de emergencia empleadas tras el paso del huracán Michelle.
A pesar de que entonces La Habana dijo que no se repetirían esas compras, recientemente el Presidente Fidel Castro ya señaló que se estaba estudiando la posibilidad de nuevas adquisiciones, si Washington concedía con rapidez las licencias.
"Ahora deberíamos aspirar a que el comercio sea en las dos direcciones", dijo Alarcón.
Como obstáculos a esa normalización, Alarcón destacó las duras condenas impuestas el año pasado por un tribunal del estado norteamericano de Florida a cinco agentes cubanos acusados de cargos relacionados con el espionaje, así como la tolerancia de Estados Unidos con las acciones contra Cuba planificadas por exiliados cubanos en Miami.
Las palabras de Alarcón contrastan con las recientes declaraciones de la jefa de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Vicki Huddleston, quien rechazó las especulaciones de que estaban mejorando las relaciones con Cuba, afirmando que nada había cambiado sustancialmente en la isla.
La Administración de George W. Bush se ha mostrado partidaria de seguir manteniendo el embargo sobre la isla, a pesar de que en el Congreso hay intentos de suavizarlo.