BUENOS AIRES.- La caída de la actividad industrial argentina, que en enero se desplomó un 18,4 por ciento con respecto a igual mes de 2001, continuará hasta el segundo semestre y recién a fines de año revertiría la tendencia, estimó hoy el ministro de la Producción, José Ignacio de Mendiguren.
"Cuando se trae una economía con inercia negativa de cuatro años, de caída sistemática del nivel actividad, de la producción, de desempleo, esta inercia penetra en el primer semestre del otro año", afirmó De Mendiguren en declaraciones a radio Mitre.
El ministro argumentó asimismo que "no se puede hacer arrancar la economía en el corto plazo, lleva un tiempo estabilizarla", luego de casi cuatro años de recesión.
"La clave de este proceso, a la que apostamos todos, es que la modificación cambiaria no se traslade a los precios", añadió en referencia a la devaluación del peso argentino y los temores de que desemboque en un proceso inflacionario.
El derrumbe de la actividad industrial en enero, que actualmente se ubica por debajo de los niveles de producción de hace diez años, se vio agravado por la crisis del sistema financiero, debilitado por la fuga masiva de depósitos que fue frenada con las restricciones al retiro de fondos y el congelamiento de los ahorros.
"Cuando se le agrega (a esta situación) el colapso financiero, usted le quita a la economía la sangre, que es el tema financiero. Esto incrementó la caída del nivel de actividad, cortó la cadena de pagos", lamentó De Mendiguren.
No obstante, anticipó que el objetivo principal es que la devaluación del peso, que ya supera el 110 por ciento en un mes y medio, no se traslade a los precios. "Si esto se logra, no cabe duda de que a fin de año la economía del sector productivo puede tener un repunte del 4,5 por ciento".
Entre los sectores industriales más afectados en enero, con respecto a igual mes de 2001, figuraron el automotor, con una caída del 65 por ciento, y el textil, con un desplome del 56,1 por ciento.
Según el ministro de la Producción, en el corto plazo el turismo podría convertirse en una de las actividades con mayor impacto, que permitiría reactivar las economías regionales y el nivel de empleo.