JERUSALEN.- El gobierno de Israel señaló este miércoles que cambiará su táctica de lucha contra la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en lo que ve como una guerra de guerrillas, dijo un funcionario israelí.
El anunció ocurrió casi al mismo tiempo que Israel efectuara uno de los ataques más mortíferos contra los palestinos en los últimos meses, en los que se utilizaron cohetes, tanques y ametralladoras que acabaron con la vida de 16 palestinos.
Raanan Guissin, portavoz del Primer Ministro Ariel Sharon, dijo que Israel prefería "operaciones pequeñas, de contraguerrilla".
El ataque fue en represalia por la emboscada en que perecieron seis combatientes del estado judío. Los seis soldados fueron muertos en un control carretero de Cisjordania, sorprendidos a quemarropa por tres palestinos ligados al movimiento Al Fatah del líder palestino Yaser Arafat.
La emboscada desató un debate sobre tácticas militares, incluyendo la efectividad de los controles carreteros, y aumentó las presiones a las que se ve sometido el Premier Ariel Sharon para que adopte medidas más contundentes para detener los ataques palestinos.
"Es obvio que la estrategia que hemos tenido hasta ahora no puede continuar", dijo el Presidente israelí Moshe Katsav.
Sharon declaró este miércoles tras reunirse con su gabinete de seguridad que adoptará "un rumbo diferente" contra los palestinos. Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores Shimon Peres, que participó en el encuentro, advirtió que no hay soluciones rápidas.
Guissin dijo que las tropas israelíes dejarán de realizar operaciones masivas y se concentrarán en asestar golpes rápidos que "desestabilizarán a los terroristas".
Guissin también indicó que estrecharán el cerco en torno a la residencia de Arafat en Ramala y le impedirán a Arafat recibir visitas de mandatarios extranjeros.
"Si Arafat logra detener las actividades terroristas, si da la orden apropiada, podrá reunirse con quien quiera", añadió Guissin.
Sharon ha dicho que la presión de Israel sobre Arafat pretende acelerar su reemplazo en la Autoridad Palestina. "Cuanta más presión, quizás menos tiempo pase para estar negociando con otro", dijo Sharon a un grupo de líderes judíos estadounidenses.
En ataques anteriores por aire, tierra y mar, Israel disparó cohetes contra la sede costera de Arafat en Ciudad de Gaza y su cuartel general en la ciudad cisjordana de Ramala. Arafat sigue en su oficina de Ramala, con las luces apagadas y acompañado por unos pocos ayudantes, dijo uno de sus asesores, Ahmed Abdel Rahman.
Arafat pidió al Presidente norteamericano George W. Bush que intervenga y agregó que "la paz del valiente debe ser respetada". Un funcionario de la cancillería israelí, Guideon Meir, indicó que Israel responderá "a esta campaña de terror que nos fue impuesta por Yaser Arafat y su banda".
En total, 16 palestinos fueron muertos en distintas represalias. De ellos, cuatro murieron en el ataque con cohetes contra el cuartel de Arafat en Gaza, siete debido al cañoneo israelí de dos comisarías de policía palestinas cercanas a la aldea cisjordana de Naplusa, dos en un tiroteo frente al campamento de refugiados de Balata, cerca de Naplusa, uno en un bombardeo contra una comisaría cercana a Ramala y otro en un tiroteo cerca de esa población.
Doce de los muertos eran policías palestinos.
Abdel Rahman dijo que los palestinos tienen derecho a resistir la ocupación israelí, lo que implica un respaldo a la emboscada a los soldados. "El pueblo palestino tiene el legítimo derecho a resistir, que no cesará sin que concluya la ocupación", indicó Abdel Rahman, y agregó que la Autoridad Palestina sigue opuesta a los ataques dentro de Israel.
La semana pasada fue la más cruenta desde que comenzó nuevamente la lucha en septiembre del 2000. Diecisiete israelíes murieron en ese lapso: 13 soldados, un policía y tres civiles. En el mismo período, 45 palestinos fueron muertos, incluyendo nueve civiles, 22 miembros de las fuerzas de seguridad y 12 atacantes.
