WASHINGTON.- Pese a la intensa investigación que está llevado a cabo, la policía federal norteamericana, FBI, aún no logra identificar a un sospechoso por las cartas con esporas de ántrax, que mataron a cinco personas el año pasado en Estados Unidos, anunció este lunes la Casa Blanca.
Funcionarios de seguridad negaron el informe de un periódico de que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) había identificado como principal sospechoso a un científico que una vez trabajó en un laboratorio del gobierno estadounidense.
"Quisiera que fuera así de fácil y y simple ahora, pero desafortunadamente todavía hay varios sospechosos", dijo el portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer a la prensa. "La FBI no los ha reducido a sólo uno. Ellos continúan investigando".
El diario "Washington Times", citando a bioquímicos y funcionarios judiciales no identificados, dijo que se suponía que un sospechoso identificado por la FBI había trabajado en el Instituto de Investigaciones Médicas de Enfermedades Infecciosas del Ejército en Fort Detrick, Maryland, y que en dos ocasiones había sido despedido de posiciones gubernamentales.
También afirmó que el científico, quien no fue identificado, trabajaba ahora como contratista en Washington. El científico, según esos informes, amenazó con utilizar ántrax después de los atentados del 11 de septiembre, de acuerdo con el periódico.
El matutino citó fuentes según las cuales el científico había sido entrevistado por agentes de la FBI en varias ocasiones y que su vivienda había sido allanada.
Un portavoz de la FBI dijo que "están investigando intensamente" los envíos de cartas con contenido de ántrax. "En nuestra investigación, entrevistamos a cientos de personas, en algunos casos, más de una vez", dijo.
"No es exacto, sin embargo, que la FBI ha identificado a un principal sospechoso en este caso", declaró el portavoz.
Las cartas contaminadas con ántrax fueron enviadas a dos senadores estadounidenses y a empresas de medios de comunicación después de los atentados del 11 de septiembre en el World Trade Center y el Pentágono.
Cinco personas murieron tras contaminarse con las esporas de carbunco desde principios de octubre del año pasado y otras 13 resultaron infectadas.