GARDEZ, Afganistán.- Los bombarderos B-52 participaron el jueves en uno de los ataques más mortíferos desde que se iniciaran las acciones contra Afganistán.
Los aliados intensificaron el jueves sus ataques y Estados Unidos envió refuerzos al frente para eliminar a las fuerzas de Al Qaeda que combaten en las montañas orientales de Afganistán.
Un vocero militar norteamericano dijo que la coalición que encabeza Washington mató el miércoles a 100 combatientes de Al Qaeda y el Talibán. El mayor Bryan Hilfery, vocero de la 10a División de Infantería de Montaña, dijo que los combates continuaban el jueves pero carecía de noticias sobre nuevas bajas.
"Continuamos reforzando nuestros esfuerzos y las unidades seguían avanzando hoy en medio del fuego enemigo, habiendo copado varias cimas, cuevas y bolsones de resistencia de Al Qaeda", dijo Hilfery.
Las fuerzas aliadas, principalmente estadounidenses, despejaron varias cuevas ocupadas por el enemigo e instalaciones de Al-Qaeda, incluyendo algunas en las que encontraron municiones para fusiles automáticos rusos AK-47, medicinas, anteojos de visión nocturna y diversos documentos, incluyendo una tarjeta de identificación saudí.
Ocho soldados norteamericanos y tres combatientes afganos murieron desde que comenzó la Operación Anaconda el primero de marzo.
En Kabul, cinco soldados aliados -dos alemanes y tres daneses- murieron al intentar destruir un cohete antiaéreo de la era soviética.
Ocho soldados aliados resultaron también heridos.
Los bombarderos B-52 castigaron durante la mañana las posiciones enemigas montañosas al este de esta localidad. Decenas de helicópteros Apache, del ejército norteamericano, atacaron con sus cañones de 30 milímetros y sus cohetes Hellfire las posiciones y trincheras enemigas.
El bombardeo, que fue sentido en Gardez, a 45 kilómetros de las posiciones bombardeadas, pareció ser más intenso que en los últimos días al intensificar Estados Unidos su ofensiva.
El comandante afgano Ismail Khan dijo que una unidad de operaciones especiales norteamericana llegó el miércoles a la zona de combate.
"Hay 5.000 soldados en Shah-e-Kot para participar en la ofensiva final contra Al Qaeda y aniquilar a sus miembros", dijo Khan. "Será el avance final".
Durante la noche del miércoles, los helicópteros de transporte norteamericanos cubrieron el trayecto entre la base aérea de Bagram, al norte de Kabul, y el frente del sur, para traer alimentos, combustible y municiones.
En Washington, el general Tommy Franks, comandante de las fuerzas norteamericanas en Afganistán, dijo que el número de refuerzos aumentó de 200 a 300 en los dos últimos días. Se unieron a unos 1.000 combatientes afganos y las fuerzas especiales de seis naciones.
"Creo que los próximos días serán peligrosos para nuestras fuerzas", dijo Franks el miércoles. "Pero la alternativa de adoptar dicho riesgo no es aceptable".
Por otra parte, el ministro de Defensa francés, Alain Richard, dijo el jueves que había "una buena probabilidad" de que bin Laden estuviese muerto. Sin embargo, Richard no extendió sus hipótesis.