BOGOTA.- Miles de colombianos acudieron este domingo a las urnas para participar en las elecciones legislativas, en calma y en medio de fuertes medidas de seguridad adoptadas por las Fuerzas Militares para impedir sabotajes de la guerrilla izquierdista, informó el Gobierno.
Las primeras horas de la jornada, que se celebra después de que el 20 de febrero el Presidente Andrés Pastrana rompió la negociación de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), transcurrieron sin mayores inconvenientes.
Las votaciones se iniciaron a las 08.00 hora local (13.00 GMT) y se cerrarán a las 16.00 local (21.00 GMT).
Más de 23 millones de colombianos están habilitados para votar y elegir a 102 senadores y 166 miembros de la Cámara de Representantes entre más de 8.000 candidatos, entre los que figuran políticos, humoristas, un lustrabotas y un vigilante.
Las elecciones se cumplen en todo el país, incluyendo un antiguo enclave rebelde de 42.000 kilómetros cuadrados, dos veces el tamaño de El Salvador, que sirvió de sede a la fallida negociación de paz con las FARC y que los rebeldes controlaron durante más de tres años.
En los principales centros urbanos, incluido Bogotá, la capital de Colombia de siete millones de habitantes, se registró durante las primeras horas una masiva presencia de electores a los puestos de votación.
"Se está votando copiosamente en la mayoría de municipios colombianos", dijo a periodistas el ministro del Interior, Armando Estrada.
Sin embargo, en poblaciones alejadas la guerrilla incineró el material electoral y amenazó a los electores.
Fuerzas militares reportan tranquilidad
El comandante de las Fuerzas Militares, general Fernando Tapias, dijo que salvo algunos intentos aislados de sabotear las elecciones por parte de la guerrilla, la situación en todo el país era de normalidad.
El oficial reportó que en las horas previas al comienzo de los comicios ocho rebeldes de las FARC murieron en combates en los departamentos de Antioquia y de Boyacó, mientras que los rebeldes derribaron una torre de comunicaciones en el sur del país y destruyeron material electoral an apartadas poblaciones de los departamentos de Chocó, Guaviare, Meta y Caquetá.
Las elecciones se cumplen en todo el país, incluyendo un antiguo enclave rebelde de 42.000 kilómetros cuadrados, dos veces el tamaño de El Salvador, que sirvió de sede a la fallida negociación de paz con las FARC y que los rebeldes controlaron durante más de tres años.
Aunque el gobierno pidió a los colombianos votar masivamente para derrotar a los violentos, no se esperaba una alta participación, debido a la apatía que despiertan los comicios legislativos en los electores.
El Congreso de Colombia, controlado actualmente por el opositor Partido Liberal, es visto como una de las instituciones más corruptas de este país sudamericano de más de 40 millones de habitantes, agobiado por una guerra interna de 38 años que dejó 40.000 muertos en la última década.
El gobierno admitió en los días previos a las elecciones que los paramilitares, que combaten a la guerrilla en medio del conflicto interno, estaban presionando a los electores para que apoyaran a determinados candidatos en varias regiones como los departamentos de Antioquia, Córdoba, Bolívar y Magdalena.
Asimismo, denunció presiones de la guerrilla en zonas como los selváticos departamentos de Caquetá y Putumayo, con alta presencia de las FARC.