LA HAYA.- El ex presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, vio respaldada hoy, martes, por los jueces su protesta contra la presentación de testimonios sólo por escrito y le fue admitido el derecho a interrogar a cualquier testigo en su contra.
El juez que preside el proceso a Milosevic en el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), el británico Richard May, dictó que el acusado tenía razón cuando insistió ayer en su derecho a interrogar a cualquier testigo en su contra.
May dio así un nuevo revés a la Fiscalía, encabezada por la suiza Carla del Ponte, que pretendía presentar los testimonios por escrito de 23 testigos sin que éstos tuvieran que comparecer en el Tribunal de La Haya.
El dictámen admite los testimonios por escrito, pero siempre y cuando los testigos comparezcan para someterse al contra-interrogatorio del acusado, que hace de abogado propio.
Milosevic protestó ayer ante la pretensión de la Fiscalía de que entrasen en el acta los 23 testimonios escritos, afirmando que se estaba ante "un intento de condenarme por los crímenes más horrorosos a base de testigos fantasmas".
Se trata de la segunda vez que el Tribunal da la razón a Milosevic frente a la acusación en una cuestión de procedimiento.
Anteriormente y atendiendo la protesta de Milosevic, los jueces dictaron que Del Ponte no podía llamar a testificar a uno de sus ayudantes que iba a resumir los testimonios de 1.300 albanokosovares presuntamente perjudicados por las actividades en Kosovo en 1999 de las fuerzas de seguridad de Belgrado.
Mientras tanto, Milosevic hizo frente hoy a un testigo de la acusación, el maestro de escuela albano-kosovar Hazbi Loku, quien ayer se puso a llorar cuando contaba cómo las fuerzas de seguridad habían arrojado a un pozo a una veintena de hombres de etnia albanesa, entre ellos su propio hermano, antes de lanzarles unas granadas que les mataron a todos, en marzo de 1999.
El ex líder yugoslavo afirmó que el testimonio de Loku supuso un montaje por parte de la acusación.
"No hay ninguna duda -dijo- la acusación manipula a este testigo para que dé una versión de los acontecimientos que dista mucho de la realidad, en un ejemplo más de la manipulación de medias verdades por la acusación".
Otro testigo, el ex ferroviario albano-kosovar Bajram Bucaliu, sostuvo que los empleados de etnia albanesa del ferrocarril fueron despedidos después de 1990.
Bucaliu también contó que las fuerzas de seguridad de Belgrado aprovecharon los trenes para expulsar a los albano-kosovares, después del comienzo de los bombardeos aéreos que la OTAN efectuó contra Yugoslavia entre marzo y junio de 1999.