CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Juan Pablo II hizo hoy un nuevo y fuerte llamamiento para que se ponga fin a la violencia en Tierra Santa al señalar que la misión de los hombres y mujeres de fe es lograr que callen las armas y promover la reconciliación y la confianza para acabar con el baño de sangre.
El llamamiento lo hizo durante la audiencia general de los miércoles, que se celebró en el Aula Pablo VI del Vaticano y a la que asistieron varios miles de personas entre ellas el rabino Michael Melchior, viceministro de Asuntos Exteriores de Israel; el jeque musulmán de la Autoridad Nacional Palestina Talal Sider y el patriarca católico de Jerusalén, Michel Sabah.
Juan Pablo II dijo que estaba muy "triste" por las continuas noticias sobre violencia procedentes de Israel y de los territorios que controla la Autoridad Nacional Palestina y reiteró el compromiso de la Iglesia Católica para que se alcance una "paz justa".
"La misión de los hombres y mujeres de fe es lograr que callen las armas y promover la reconciliación y la confianza para poner fin al baño de sangre", dijo el Pontífice, que presentaba buen aspecto tras el reposo que ha mantenido los pasados días para recuperarse del dolor de artrosis en la rodilla derecha.
Al final de la audiencia, Juan Pablo II saludó al rabino israelí, al jeque palestino y al máximo responsable de la Iglesia Católica en Tierra Santa.
El Pontífice habló con ellos durante varios minutos, ante quienes reiteró la necesidad de la paz para Oriente Medio.
Sabah, Sider y Melchior son miembros del Comité de Reflexión de las tres grandes religiones monoteístas en Tierra Santa que suscribieron en enero la "Declaración de Alejandría" (por hacerse pública en esa ciudad egipcia) en la que abogan para que se evite el derramamiento de sangre de judíos, cristianos y musulmanes en Tierra Santa y se garantice la libertad de cultos para todos los creyentes.