JERUSALEN.- El Primer Ministro israelí, Ariel Sharon, ordenó este jueves una retirada gradual de tropas de la ciudad cisjordana de Ramallá, que coincidió con la llegada del enviado estadounidense Anthony Zinni en una misión orientada a conseguir un alto al fuego entre israelíes y palestinos.
Los palestinos reaccionaron con desdén a la medida de Sharon, que un funcionario de la Autoridad Palestina describió como una farsa.
Una fuente diplomática de alto nivel dijo que Sharon ordenó una retirada completa, aunque gradual, de Ramallá, pero dejará un cordón alrededor de la ciudad, que ha sido el hogar del Presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, por los últimos tres meses.
Estados Unidos reconoció el plan de Israel, pero instó a una retirada total de todas las fuerzas israelíes de las áreas bajo gobierno palestino que ocuparon recientemente, para facilitar la labor de Zinni.
La Unión Europea dijo que la retirada gradual de Ramallá era necesaria, pero insuficiente, y dijo que el bloque regional también está haciendo intensos esfuerzos por lograr una tregua en el Oriente Medio.
Mientras aumentaba la presión diplomática para detener el conflicto, que ha cobrado la vida de más de 1.400 personas en sólo 18 meses, fuentes militares israelíes culparon al grupo islámico Hezbolah de la muerte a tiros de cinco civiles y un soldado israelíes esta semana en una carretera cerca de la frontera libanesa.
La acusación originó temores de una represalia extrafronteriza y una mayor escalada en las tensiones regionales, antes de una cumbre de la Liga Arabe en Beirut a finales de marzo.
Zinni viajó a Israel el jueves para comenzar su tercera misión de paz a la región desde noviembre. Tras sostener conversaciones a altas horas de la noche con Sharon, el general retirado de los Cuerpos de Marines tenía previsto reunirse con Arafat en su complejo de Ramallá el viernes.
"Será una retirada total, pero se mantendrá un cordón (de seguridad) alrededor de Ramalla y la retirada será gradual, de acuerdo con las necesidades operativas", dijo la fuente diplomática israelí al dar a conocer el repliegue de tropas.
La Autoridad Palestina replicó que, lejos de retirarse, "el ejército de ocupación está reforzando su presencia dentro de Ramalla, y sus francotiradores están llevando a cabo más actos de asesinatos en las calles de Ramalla indiscriminadamente".
"El número de tanques dentro de la ciudad está aumentando, y las fuerzas están tomando control de más edificios y colocando francotiradores en los techos", dijo el comunicado de la AP.
De cara a la visita de Zinni, y la llegada la semana próxima del vicepresidente Dick Cheney, "esperamos que nadie caiga víctima de las mentiras y los engaños israelíes", agregó.
La orden de retirada siguió a una serie de reveses a las esperanzas de que Zinni pueda poner fin a más de 17 meses de violencia, que estalló en septiembre del 2000 cuando los palestinos se levantaron en contra de la ocupación israelí en Cisjordania y la Franja de Gaza.
En la madrugada del jueves, militantes palestinos hicieron estallar un tanque israelí Merkava-3 en la Franja de Gaza, matando a tres soldados israelíes que acompañaban a una caravana de colonos judíos.
Poco después, cuatro palestinos murieron cuando el auto que conducían explotó cerca de la localidad cisjordana de Tulkarem, en una acción que los palestinos atribuyeron a fuerzas israelíes.
En otros actos que hicieron escalar las tensiones, los palestinos dijeron que no sostendrán conversaciones para una tregua hasta que termine la ofensiva israelí, el grupo islámico Hamas afirmó que continuará sus ataques durante la visita de Zinni, e Israel mató a un militante en un ataque con un misil.
Sharon envió la noche del lunes a unos 150 tanques y un gran número de tropas a Ramalla, como parte de la mayor ofensiva de Israel en Cisjordania y la Franja de Gaza desde que ocupó esos territorios en la Guerra del Oriente Medio de 1967.
La ocupación de Ramalla, una ciudad de 200.000 habitantes, ubicada justo al norte de Jerusalén y el centro político y comercial de Cisjordania, ha provocado duras críticas de la Unión Europea y las Naciones Unidas, así como de Estados Unidos.
Al menos 1.063 palestinos y 344 israelíes han muerto desde que se inició el levantamiento en septiembre del 2000, después que las negociaciones de paz se estancaron.
