BOGOTA.- El narcotráfico ha aparecido como la primera hipótesis que consideran las autoridades colombianas en el asesinato del arzobispo Isaías Duarte Cancino, sostuvo hoy en Bogotá el ministro del Interior, Armando Estrada.
"Esa es una de las hipótesis que más se contempla en este momento", afirmó el funcionario a la radio bogotana "RCN".
Estrada explicó que esta posibilidad ha cobrado la mayor fuerza por las denuncias del jerarca sobre una interferencia de los narcotraficantes en la campaña con vistas a los comicios parlamentarios que Colombia celebró el pasado día 10.
Duarte advirtió el pasado febrero de que políticos financiados por el tráfico en drogas aspiraban al Senado y a la Cámara de Representantes en esas elecciones.
El titular del Interior reconoció que la última alocución pública del jerarca católico estuvo relacionada con un llamamiento a los electores del Valle del Cauca, departamento del que es capital Cali, para que "pensaran su voto" y que, como fieles, no sufragaran por personas financiadas por el negocio de las drogas.
La hipótesis que más fuerza tiene es la de que "su fallecimiento haya tenido que ver con sus últimas denuncias del mes de febrero, sobre la interferencia del narcotráfico en la política colombiana", precisó Estrada.
Sin embargo, el alto cargo aclaró que se trata de una sola entre varias hipótesis que los organismos de seguridad y el Gobierno "hemos podido construir".
"No podemos descartar ninguna", destacó el ministro, tras advertir de que fueron tanto los narcotraficantes, como los paramilitares de ultraderecha y los guerrilleros el objetivo de la "voz independiente y crítica" del jerarca, que fue tiroteado anoche en una barriada de Cali, en el suroeste del país, a la salida de un templo en el que había celebrado un matrimonio colectivo.
Estrada recordó que Duarte "criticó en múltiples ocasiones al narcotráfico, criticó a la guerrilla en sus dos expresiones de FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y ELN (Ejército de Liberación Nacional), (y) los paramilitares también pasaron por su comentario ácido en ocasiones, y también el Gobierno".
La Administración del presidente Andrés Pastrana ha recibido con tristeza e indignación el asesinato del arzobispo, dijo el titular del Interior.
"No sólo se ha acabado con la vida de un colombiano de bien, que servía los intereses de la patria con desinterés y decisión, de una voz independiente y autónoma, sino que se ha hecho de la forma más baja posible", puntualizó el ministro del Interior.
