BUENOS AIRES.- Argentina está a un paso de la "anomia" y con una "sociedad desintegrada", opinó el ministro de Justicia del país trasandino, Jorge Vanossi.
"Argentina es un Estado debilucho, que está al borde de la anomia, atravesando una situación de riesgo que se agudiza porque tenemos instituciones débiles y una sociedad desintegrada, propensa a caer en el fastidio", dijo en una entrevista que publica este domingo el diario "La Nación".
Para el funcionario, la base de partida para la recuperación del país consiste en "mejorar la Justicia, la educación, las instituciones y los partidos políticos".
"La erosión de la seguridad jurídica en Argentina es un proceso que lleva décadas, durante las cuales se destruyó todo el edificio institucional, ladrillo por ladrillo", indicó el secretario de Estado.
"Así -siguió- llegamos a un punto en el que ingresamos en un estado de anomia, donde parece que todo vale".
En medio de la profunda crisis social y económica que padece el país, Vanossi consideró que los argentinos deben comprender que "tomará más tiempo reconstruir el país que el que demandó su destrucción".
Tras cuatro años de depresión económica y con altísimos niveles de pobreza y desempleo, Argentina sufrió en diciembre pasado un estallido social que dejó un resultado de 28 muertos y forzó a renunciar a dos presidentes en apenas diez días -Fernando de la Rúa y Adolfo Rodríguez Saá-.
Los ahorros de millones de personas quedaron encerrados en los bancos por una orden de congelación y la devaluación del peso -que en sólo dos meses perdió más de la mitad de su valor frente al dólar- derivó en la apertura de miles de expedientes en la justicia.
"Hay una lucha de facciones feroz y nadie parece dispuesto a ceder. La sociedad muestra rasgos de individualismo, egoísmo, es poco altruista y olvida sus deberes", se quejó el ministro.
Los problemas en la administración de justicia en Argentina fueron analizados al detalle por una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que estuvo en Buenos Aires hasta el pasado viernes.
Una norma del Gobierno ha paralizado las demandas de los argentinos contra el "corralito" financiero en el que han quedado encerrado sus depósitos, pese a que un fallo de la Corte Suprema de Justicia ha declarado "inconstitucional" a la congelación por considerarla como una violación al derecho de propiedad.
Prácticamente todos los días, grupos de ahorradores perjudicados por estas disposiciones salen a las calles de Buenos Aires en las que se concentran las entidades financieras y expresan sus reclamos, a menudo con expresiones de violencia.