LA PAZ.- Las antiguas tumbas prehispánicas construidas por los aymaras e incas en el altiplano de Bolivia, notables por su altura y forma, están en riesgo de desplomarse debido a las intensas lluvias que asolaron al país en los últimos días.
La advertencia fue lanzada hoy por el arqueólogo boliviano Jedú Sagárnaga, quien presentó a la Prefectura (Gobernación) de La Paz un diagnóstico sobre el deteriorado estado de las peculiares tumbas, llamadas "chullpas" y que tienen forma de torres de hasta seis metros.
Los daños fueron detectados en la zona denominada "Cóndor Amaya" (Cóndor muerto, en lengua aymara), donde varias "torres funerarias" se derrumbaron debido a las lluvias y la erosión provocada por vientos, perdiéndose un importante patrimonio arqueológico, según Sagárnaga.
Otros cientos de "chullpas" en el altiplano, que en la actualidad se encuentran saqueadas, corren el mismo riesgo y están sin ninguna protección, pese a la importancia que tienen por su antigúedad, que datan del periodo entre el 900 y el 1.650 d.C.
Sin embargo, las torres descubiertas en Cóndor Amaya, región situada a 125 kilómetros al sur de la ciudad de La Paz, son notables por su altitud de entre cuatro y seis metros, sus colores y el decorado geométrico que poseen.
Esas "chullpas" pertenecen a la época de los "Señoríos Aymaras" (1.200-1450 d.C) y del Imperio Inca (1.450-1.533 d.C) que construyó sus torres más altas que las de sus antecesores para denotar la superioridad de su cultura, según una hipótesis de Sagárnaga.
El arqueólogo pretende conseguir el apoyo del Estado para rehabilitar las ’’chullpas’’ que -a su juicio- puede convertirse en un destino turístico tan importante como la antigua ciudad de Tiwanaku, situada también en el altiplano.
Sagárnaga alertó a las autoridades sobre el peligro del inminente desplome de esas antiguas tumbas construidas con adobes (ladrillos de barro y paja) por los factores climáticos, pero ya afectadas por los animales y los saqueadores que destruyeron muchas en busca de tesoros.
Aseguró que la pérdida de ese patrimonio arqueológico "será irreparable" si no se pone en marcha un plan de salvación de esa especie de "mausoleos" afectados gravemente en su estructura después de tantos siglos.
La advertencia del arqueólogo coincidió con el regreso del monolito Bennett a la población de Tiwanaku, el más conocido de la cultura tiwanacota, el sábado pasado, tras 69 años de estar expuesto en una plaza pública de La Paz.