BASE AEREA DE BAGRAM.- El general estadounidense Tommy Franks, quien está al frente de la fuerza de coalición en Afganistán, dijo el lunes que la "Operación Anaconda" estaba a punto de terminar.
En una ceremonia de entrega de medallas a soldados estadounidenses que participaron en la operación de dos semanas y media contra fuerzas talibanes y Al Qaeda cerca de la localidad de Gardez, Franks dijo que el mundo no tenía con qué agradecer la contribución de las tropas a la guerra contra el terrorismo.
"La Operación Anaconda terminará en 12 horas", dijo Franks en la base aérea de Bagram, a las afueras de Kabul, que se convirtió en centro de control para la operación en las montañas que rodean el valle de Shahi Kot.
La última de las grandes batallas terminó el miércoles de la semana pasada cuando tropas de Estados Unidos, Canadá y Afganistán atacaron cuevas y trincheras de los rebeldes cerca de Gardez, a unos 150 kilómetros al sur de Kabul.
El enfoque entonces cambió a una guerra de guerrillas cuando pequeños grupos de combatientes talibanes y de Al Qaeda -considerados por Washington como los principales sospechosos de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos- intentaron rodear a los soldados.
Estados Unidos dijo el domingo que destruyó la estructura de comando y control de las fuerzas del Talibán y Al Qaeda en un área clave cercana a Pakistán, pero que una nueva operación en contra de los rebeldes estaba en marcha en otras partes de Afganistán.
El mayor Bryan Hilferty dijo que las tropas aliadas, estadounidenses y afganas estaban concluyendo la "Operación Anaconda", la mayor batalla terrestre de la guerra, en el valle de Shahi Kot tras sacar de sus cuevas a cerca de 1.000 rebeldes.
"Anaconda está terminando. Pero más de 500 soldados continúan asegurando y realizando búsquedas en el área de objetivo", dijo Hilferty en declaraciones a los periodistas el domingo.
El anuncio fue hecho después de casi dos semanas de incesantes bombardeos aéreos y feroces combates en Shahi Kot, donde las fuerzas de la coalición han pasado los últimos días peinando las cuevas y otros lugares de la zona en busca de rebeldes.
Las cuevas, equipadas con armas, municiones y suministros, están a unos 50 kilómetros de la frontera con Pakistán, donde el Talibán ha gozado de respaldo.