JERUSALEN.- Un comando suicida hizo detonar el miércoles explosivos que tenía amarrados a su cuerpo en un autobús que se desplazaba en el norte de Israel, muriendo junto con siete pasajeros, cuatro de ellos soldados.
El grupo militante Guerra Santa Islámica se atribuyó la responsabilidad por el atentado que también causó heridas a 27 pasajeros. La poderosa explosión destruyó los costados del autobús, y algunos pasajeros salieron volando por los aires. Diez de los heridos se hallan en grave estado, dijeron las autoridades.
Pese al atentado, se cree que tendrá lugar una importante reunión entre funcionarios de la seguridad palestina e israelí con el mediador norteamericano Anthony Zinni. El jefe de seguridad palestino, Jibril Rajoub, dijo que por lo que tenía entendido, la reunión se realizaría el miércoles en la noche, en Tel Aviv. Funcionarios palestinos dijeron que es posible que tras la reunión se divulgue una declaración de tregua.
Ismail Abu Shanab, vocero del grupo militante Hamas, dijo el miércoles que seguirán los ataques contra los israelíes. "Nuestra resistencia continuará mientras exista la ocupación en nuestra tierra", dijo Abu Shanab. "Esa es nuestra estrategia".
El ataque del miércoles se registró cerca de la población de Afula. Un comando suicida subió a un autobús en que viajaban muchos soldados, y activó explosivos amarrados a su cuerpo a las 7:10 de la mañana (0510 GMT), cuando el vehículo se desplazaba por los suburbios de la población árabe de Musmus.
El Primer Ministro de Israel, Ariel Sharon, dijo que el atentado indica que el líder palestino Yasser Arafat continúa con su "política de terror". Sharon dijo que habló con Zinni acerca del ataque.
Radio Israel, citando fuentes cercanas a Sharon, dijo que pese a las nuevas acusaciones contra Arafat, el gobierno de Israel no cancelará las negociaciones de tregua del miércoles.
La Autoridad Palestina condenó el atentado indicando que se opone al ataque a civiles israelíes.
El ejército de Israel dijo que cuatro de los muertos eran soldados. Versiones de prensa indicaron que varias de las víctimas eran ciudadanos israelíes de origen árabe.
