"El último balance de víctimas, proporcionado por el vicepresidente de la República, Raúl Diez Canseco, señala que los muertos llegan a nueve".
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LIMA.- Al menos nueve personas murieron y unas treinta resultaron heridas la noche del miércoles en un atentado con dos coches-bomba en las cercanías de la embajada de Estados Unidos en momentos que Perú se prepara para recibir este sábado al Presidente norteamericano George W. Bush.
El último balance de víctimas, proporcionado por el vicepresidente de la República, Raúl Diez Canseco, señala que los muertos llegan a nueve, rectificando una anterior versión del ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, quien dijo que eran seis las víctimas fatales.
Algunos de los heridos quedaron en estado de gravedad, lo que podría elevar el número de muertes, según temores de las autoridades. Estimaciones extraoficiales calculan que los heridos podrían llegar a cuarenta.
"Informes preliminares indican que uno de los vehículos usados fue colocado frente a una sede bancaria y el otro más cerca de la embajada de Estados Unidos".
La detonación afectó seriamente a una sucursal del Banco de Crédito de Lima y el centro comercial El Polo, en el distrito de Surco, este de Lima, ubicados a unos cien metros de la embajada y provocó que se incendiaran al menos tres vehículos.
Hasta el momento ninguna organización ha reivindicado el atentado.
Informes preliminares indican que uno de los vehículos fue colocado frente a la sede bancaria y el otro más cerca de la sede diplomática.
Las deflagraciones, que provocaron un forado que era visible en la calzada, se produjeron en un momento en que numerosas personas acudían al centro comercial, donde funcionan bares, cafés y una cadena de multicines.
Entre las víctimas figuran un policía, dos parroquianos de un café, un vigilante particular de la embajada estadounidense y personas que paseaban por el lugar.
Poco después llegaron al lugar el vicepresidente de la República, Raúl Diez Canseco, el ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, y diversos ministros de Estado.
Todos condenaron el atentado y dijeron que tiene como objetivo tratar de desdibujar la imagen del país en un intento por frustrar la próxima llegada del Mandatario norteamericano la tarde del sábado a Perú.
"Pero la visita de Bush se realizará de toda maneras", dijo el titular del Interior.
"No sabemos quienes son los autores del atentado, pero no podemos desechar ninguna posibilidad, no se ha encontrado ningún tipo de volante o panfleto reivindicando o que muestre la procedencia del atentado", dijo Rospigliosi.
"No descarto que sea de origen internacional o nacional, pero teníamos información de la Dircote (Dirección de Inteligencia Contra el Terrorismo) que eventualmente podía prepararse algún tipo de atentados para descreditar la visita del presidente Bush", agregó el ministro.
El ministro agregó que un policía pereció cuando explotó un vehículo que había sido detectado como sospechoso y al cual se acercó para inspeccionarlo.
El vicepresidente Diez Canseco convocó de inmediato a una reunión de emergencia del consejo de ministros para adoptar las medidas del caso.
El presidente Alejandro Toledo, quien viajó en la tarde del miércoles a Monterrey (México) para participar en la cumbre de la ONU para el financiamiento del desarrollo, retornará este jueves a Perú, anunció Diez Canseco.
"El estallido de los coches-bomba hizo recordar a los peruanos la pesadilla que vivieron duranta la década de los 80".
El atentado se produjo pese a que las autoridades peruanas en coordinación con el servicio secreto norteamericano han adoptado extremas medidas de seguridad en la capital peruana con el acuartelamiento de unos 22.000 efectivos policiales para brindar seguridad a Bush.
El estallido de los coches-bomba hizo recordar a los peruanos la pesadilla que vivieron duranta la década de los 80 y principios de los 90 cuando se producían constantes atentados con vehículos cargados de explosivos colocados por el maoísta Sendero Luminoso (SL) y el guevarista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Fuentes policiales indicaron que desde hace casi una década no se producían atentados de esta naturaleza en Lima, debido a que SL y el MRTA fueron derrotadas militarmente. Los principales líderes de ambas organizaciones se encuentran cumpliendo sentencias de cadena perpetua.
La guerra interna que afectó a Perú costó la vida a unas 25.000 personas y dejó pérdidas materiales por cerca de 26.000 millones de dólares.
La acción terrorista en las cercanías de la sede norteamericana fue precedida en la madrugada del miércoles por un atentado con una bomba casera que causó sólo pequeños daños materiales en una sucursal de Telefónica del Perú, subsidiaria de Telefónica de España.