WASHINGTON.- Las redadas del Gobierno de EE.UU. contra influyentes organizaciones y líderes musulmanes en Virginia tenían como objetivo investigar su vasto imperio financiero y su posible vínculo con grupos terroristas, informó hoy el diario The Washington Post.
El pasado miércoles, 150 agentes armados del Servicio de Aduanas y de otras agencias federales confiscaron decenas de computadoras, documentos financieros y otros materiales de algunas de las organizaciones más respetadas de la comunidad musulmana en EE.UU.
Los agentes también realizaron una redada similar en el estado de Georgia, como parte de una operación destinada a sofocar las fuentes de financiación de grupos terroristas. Aunque no hubo arrestos, el incidente provocó la ira de la comunidad musulmana.
En el centro de las investigaciones figura un grupo de compañías fundaciones y organizaciones caritativas del área de Herndon (Virginia), cercano a la capital estadounidense, pertenecientes a una influyente familia de banqueros de Arabia Saudi, los al-Rahjis.
El grupo ha ayudado a financiar diversos proyectos sociales y comerciales en el mundo, incluyendo la publicación de textos religiosos y talleres de capacitación de cleros musulmanes.
Pero desde la década de los años 90, el Gobierno de EEUU investiga el paradero de unos 1.700 millones de dólares generados por esa compleja red de organizaciones, con la sospecha de que parte del dinero pudo haber sido desviado a grupos vinculados con el terrorismo o a paraísos fiscales para la evasión de impuestos.
“No hemos hecho nada malo pero trabajaremos con las agencias del Gobierno para entregarles lo que necesiten”, dijo al diario el banquero M. Yaqub Mirza, presidente de la fundación SAAR en Herndon.
Las redadas de la semana pasada fueron coordinadas con la ayuda del Departamento del Tesoro tras los atentados terroristas del 11 de septiembre del año pasado, con el objetivo de bloquear las fuentes de financiación de grupos terroristas en el mundo.
Las autoridades federales han logrado confiscar, desde octubre del año pasado, más de 10,3 millones de dólares y 4,3 millones de dólares en bienes, aunque continúan con más de 300 investigaciones sobre la financiación de las actividades terroristas.